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14 Así, por medio de vuestra humildad, de vuestra espiritualidad, de vuestro reconocimiento y vuestra renunciación, podréis obtener las divinas complacencias espirituales a cambio de perder las pequeñas complacencias materiales.
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17 Es el Espiritualismo Trinitario Mariano la Doctrina del espíritu, que viene a enseñaros el culto perfecto a Dios, pues sus máximas ennoblecen y elevan, sus enseñanzas desmaterializan al espíritu, despojando a la materia de todo vicio y de toda práctica superflua, innecesaria o impura.
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18 Con certeza podéis decir que el Espiritualismo es la revelación más elevada que Dios ha hecho al hombre, porque para confiaros este conocimiento, antes el Padre os hizo vivir dos Eras en las cuales os fue preparando para ésta en que vivís.
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19 El Espiritualismo está destinado por el Padre para extenderse por toda la Tierra, porque la evolución de la Humanidad le permitirá comprenderlo; es la luz que el mundo está necesitando, es la lección que, sin conocerla, anhela todo espíritu.
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21 Así como la Ley en el Primer Tiempo y el Cristianismo en el Segundo no fueron una religión, el Espiritualismo Trinitario Mariano no es, en el Tercer Tiempo, una religión.
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22 Es Dios Quien ha entregado su Ley en el Primer Tiempo, Su Doctrina de amor en la Segunda Era y Sus inspiraciones y revelaciones en este Tercer Tiempo, y es el hombre quien ha creado religiones, quien ha tomado la Ley y la Doctrina divinas para darles forma materializada.
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23 El hombre ha cortado ramas del gran árbol corpulento que es la Sabiduría divina, para cultivarlas a su modo y a su alcance.
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24 Vosotros debéis saber que la Obra Espiritualista es trinitaria porque encierra la esencia y la sabiduría de la enseñanza que Dios, en los tres tiempos, ha confiado a la Humanidad y que vosotros sois los responsables de manifestar ante los hombres la Obra Trinitaria, dentro de esta fase del Espíritu Santo.
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25 Esta Doctrina está sobre toda secta y religión, sobre toda teoría o idea; su esencia, su vida misma es universal y no se sujeta a reglamentos o a teorías; es amplia e infinita y todo aquél que la profesa y la sigue, debe manifestarla con esa misma amplitud.
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26 El Maestro irá presentando en el camino de cada uno de vosotros, las oportunidades y ocasiones en que debáis hablar con suma claridad, con tacto, con perspicacia, para llegar con vuestra palabra inspirada por Él, a lo más profundo del corazón de vuestros hermanos.
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27 Vosotros no sabéis si cada corazón que así cultivéis, vaya a despertar a su vez a dos o más corazones, y si en ese espíritu que habéis despertado, se encierra un guía que ha de levantarse para encaminar a un pueblo a la regeneración, a la libertad y a la espiritualidad.
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28 Recordad, cuando os encontréis ante el corazón de la Humanidad, que ni el más empedernido criminal es perverso o malo en esencia y que todos los seres y todas las criaturas que pueblan el Universo, tienen algo bueno y noble dentro de sí, porque todo proviene del mismo origen: el seno, todo bondad y amor, del Padre.
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30 Amor es una palabra cuya esencia es espiritual, es un concepto que proviene del Espíritu divino; el amor no toma formas materiales, sino que se manifiesta en sentimientos, en acciones, en palabras.
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31 El amor, hermanos, es abnegación y renunciación.
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32 Cuando en una criatura hay amor, por ese amor todo se dispensa, todo se perdona, todo se sufre y se sacrifica, sea el amor de la mujer por el hombre o del hombre por la mujer, del amigo por el amigo, del hermano por el hermano; en ese amor se manifiesta, entre ellos, la tolerancia, la caridad, el sacrificio; nada se percibe con defectos, todo se embellece y ennoblece.
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33 ¡Cuán bellas formas de manifestarse tiene el amor!
34 El amor, hermanos, es divino, es espiritual.
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35 Y el espíritu de luz, el espíritu iluminado, todo él es amor, conocimiento y sabiduría y por ello en los espíritus de luz todo es dispensación, sacrificio, renunciación y bondad.
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36 Así son los espíritus de los seres que, como protectores y amigos, por orden de nuestro amado Padre, se acercan a vosotros para aconsejaros, para confortaros, para amaros.
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37 Cuando la buena voluntad se manifiesta entre vosotros y os tratáis con cariño y afecto, aparece la sonrisa en vuestros labios, vuestras miradas son tiernas, vuestras palabras son sencillas y dulces, se dibuja en vuestro rostro la alegría y os dais la mano con amor, y es porque ahí, en medio de vosotros, se encuentra un espíritu protector, un espíritu de luz; es entonces cuando sentís que os embarga un amor desinteresado, abnegado, capaz de entregar el bien a la Humanidad, y hay en vosotros, por influencia del mundo espiritual de luz, dispensación, caridad y sacrificio hacia vuestros hermanos.
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38 Pero, ¡ah! cuánta tristeza hay en nosotros, vuestros protectores y custodios, cuando caéis presa de la envidia, la ambición, la avaricia y la materialidad; entonces comienza a trastocarse en vosotros tanta belleza espiritual, aquellos bellos sentimientos se convierten en odio y mala voluntad, ya no sentís la necesidad de vuestro hermano; vuestro corazón, de ser un cesto milagroso de donde brota el pan y la bendición, se transforma en un nido de víboras, huye de vuestro rostro la sonrisa y la sana alegría, y adoptáis el rictus del mal.
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39 ¿Qué traba así el fluir límpido de vuestra conciencia? ¿Qué sentimientos del mal brotan de vuestro corazón? ¿Qué os lleva a traicionaros a vosotros mismos?
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40 Toda causa tiene su efecto y todo efecto obedece a una causa: esta es la ley de la causa y el efecto; por esta ley, cuando permitís que vuestra mente se ocupe con malos pensamientos y cuando dejáis que de vuestro corazón surjan los malos sentimientos, ¿qué podéis esperar de ello, sino los frutos del mal?
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41 ¿Creéis acaso que puedan surgir flores de las piedras o dulzura de lo amargo?
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42 ¿Qué buenas vibraciones, qué buenas palabras de amor, qué buenos sentimientos podrán brotar de un corazón corrompido?
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43 Si creéis en el bien, entonces pensad el bien, haced el bien, vivid el bien.
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44 Desterrad el mal de vuestra mente y corazón, alejadlo de vuestra vida: contáis para ello con las armas espirituales que el Señor, a través de Su enseñanza, os ha proporcionado.
Bibliografía:
Las Enseñanzas Divinas del Tercer Tiempo,
El Tercer Testamento, http://14400.net
Los protectores, Explicación 40
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