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Si por un instante Yo quitara el velo que impide a vuestra mente conocer vuestro pasado, en verdad os digo que caerían postrados ante mi presencia, agobiados de arrepentimiento ante vuestras ingratitudes, desobediencias, infidelidades y falta de fe en mi Obra.
Si de vuestro espíritu se borraran sus anteriores reencarnaciones, tendrían que recorrer nuevamente las pruebas ya pasadas, mas si escuchan la voz de vuestra conciencia, verán más limpio su camino y más brillante el horizonte.
Ahí podrán encontrar la causa por la que el espíritu olvida su pasado. Desde el instante en que encarna en una criatura inconsciente, recién nacida y se funde en ella, inicia una vida junto con aquel ser. Del espíritu sólo quedan dos atributos presentes: LA CONCIENCIA Y LA INTUISIÓN, pero la personalidad, las obras hechas y el pasado, temporalmente quedan ocultos. Así ha sido dispuesto por el Padre.
Quienes lloran, y se estremecen al oírme y reconocen la voz que les habla, son aquellos cuyo espíritu conserva aún el eco de mis palabras. Hoy vengo a recordarles los acontecimientos que ya han vivido. También descubro a los que en otro tiempo, fueron doctores de ley o científicos; ahora traen su mente despierta para el saber espiritual, convencidos de que en el limitado saber humano no encontrarán la Suprema verdad.
En este mundo se encuentran muchos de los que fueron poderosos y ricos en la Tierra, y ahora han venido a saber de la pobreza y la humildad, Yo los bendigo por su conformidad y por su anhelo de perfeccionamiento. Ahí tenéis una prueba de mi amorosa justicia al hacerlos venir nuevamente a la Tierra para mostrarles una página más del libro de la sabiduría eterna.
La idea de la muerte o de la condenación eterna, quedan destruidos ante esta revelación. Si en los primeros tiempos no se os descubrió esto, fue porque no estabais preparados para saberlo. Para las generaciones del futuro está reservada esa gracia, a las que el conocimiento de su pasado no hará mella y vosotros seréis para ellas como un libro abierto. Serán esos espíritus los reveladores de muchos misterios, los que vengan a aclarar la vida del espíritu a través de sus propias vidas materiales, los que hablen a este mundo de otros mundos y de ese camino tan largo que es el de la vida espiritual.
Os he prometido enviar a morar entre vosotros a los espíritus de luz, ellos esperan tan sólo el momento para reencarnar y cumplir una gran misión de restauración. Cuándo aquellos seres habiten este mundo, ¿qué tendréis que enseñarles? Nada, porque ellos vendrán a enseñar, no a aprender. Os maravillaréis de escucharles desde la infancia hablando de enseñanzas profundas, sosteniendo conversaciones con los hombres de ciencia y con los teólogos, asombrando con su experiencia a los ancianos y aconsejando la buena senda a la juventud y a la niñez.
Llegarán llamando con amor al corazón de la humanidad; su palabra, impregnada de la justicia del Padre, tocará el orgullo y la soberbia de todos los que han cambiado la vestidura de humildad de su espíritu, por el atavío de la vanidad, del orgullo, del falso poder y de la falsa grandeza.
No saben en que caminos de la vida humana tendrán que surgir, mas Yo os digo que unos aparecerán en el seno de las grandes religiones, donde lucharán por la unificación y la armonía espiritual de toda la humanidad. Otros se levantarán entre los hombres de ciencia para mostrar con el fruto de sus inspiraciones que la verdadera finalidad de la ciencia, es la de perfeccionamiento espiritual del hombre y no su miseria y destrucción. Y así en cada sendero aparecerán mis siervos llevando en su corazón mi Ley y testificando con palabras y obras todo lo que os he venido a hablar en este tiempo.
He concedido a vuestro ser la oportunidad de reparar errores, purificar y perfeccionar a vuestro espíritu en vez de castigaros o condenaros como solías pensar antes. En ello debéis comprender mi amor infinito.
Vuestro deber, para no hablar de castigo es reparar, restaurar, restituir y saldar hasta la última cuenta. Nadie, ni vuestro Padre Celestial, ni vuestros hermanos de la Tierra o del valle espiritual, harán lo que sólo vosotros debéis hacer.
Mirad que mientras mayor sea el número de oportunidades, mayor será vuestra responsabilidad y si estas no son aprovechadas, en cada una irá en aumento la restitución y la justicia; ese es el fardo cuyo peso insoportable muchos seres no se explican y sólo mi Doctrina os puede revelar.
Si bien es cierto que mi justicia os ofrece nuevas ocasiones para borrar manchas y reparar errores, también es cierto que en cada oportunidad aumenta el número de pruebas, y que los trabajos y sufrimientos son más intensos cada vez, como grandes fueron los errores cometidos.
¿Quién es aquel que pueda pensar que, una sola existencia humana puede bastar a un espíritu para su desarrollo total y su perfeccionamiento espiritual?
Si pronto aprenden mis lecciones, no tendrán por qué sufrir, ni por qué llorar. Un ser que en la Tierra aprovecha las lecciones en ella recibidas, podrá volver al mundo, pero siempre será con mayor adelanto y en mejores condiciones.
Si habéis de volver al mundo una o algunas veces más, que sea para que recojáis frutos agradables, cultivados por vosotros con anterioridad, para que vuestro espíritu experimente la satisfacción de tener ante sí la oportunidad de concluir alguna obra empezada.
La primera lección, o sea la primera página, es la más sencilla, mas si no es comprendida a pesar de su sencillez, viene la segunda a explicar el contenido de la primera y así sucesivamente, hasta el final de este gran libro de la vida que he puesto delante del hombre, el cual está abierto en su Sexto Capítulo, para que conozca a su Padre, a la verdadera vida y a su destino; para que comprenda su pasado, su presente y hasta donde sea mi voluntad, su futuro.
Sólo os pido que deis un paso en cada reencarnación, pero que sea un paso firme hacia la perfección; entonces será vuestro espíritu el que advierta su adelanto, manifestándose cada vez con mayor sabiduría a través de aquellos cuerpos que le vayan siendo confiados.
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