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MI JUSTICIA HA LLEGADO, HUMANIDAD, VIENE A HUMILLAR LA SOBERBIA DEL HOMBRE, PARA HACERLE COMPRENDER CUÁN PEQUEÑO ES EN SU MALDAD Y EN SU MATERIALISMO. Ved este mundo, soberbio, retador y orgulloso de todas las obras de los hombres con las que asombran a las generaciones de este siglo; en su mayoría no creen ni aman lo espiritual, por lo tanto, no oran ni practican mi ley. Sin embargo están satisfechos y orgullosos de poder mostrar un mundo portentoso, de maravillas creadas con el poder de su ciencia.
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La perversidad, el egoísmo la soberbia, el vicio, la mentira y todo cuanto ha ensombrecido vuestra vida, CAERÁN COMO ÍDOLOS ROTOS A LOS PIES DE QUIENES LES RINDIERON CULTO, PARA DAR PASO A LA HUMILDAD.
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Una sola puerta quedará abierta para la salvación de los hombres: LA DE LA ESPIRITUALIDAD; el que quiera salvarse tendrá que dejar orgullo, su falsa grandeza, sus bajas pasiones, su egoísmo. He preparado un reino de paz y de perfección para todo espíritu, más a ese reino, se opone otro reino: EL MUNDO…
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Si mi reinado se conquista por medio de la humildad, del amor y de la virtud, el otro reino, para poseerse, precisa del orgullo, de la ambición, de la soberbia, de la codicia, del egoísmo y del mal. En todo tiempo se ha opuesto el mundo de mi reino. Pronto os daréis cuenta de que la vida no es cruel con vosotros los hombres, SINO QUE VOSOTROS LOS CUELES CON VOSOTROS MISMOS. Os sentís solos, miráis que nadie os ama y os volvéis egoístas y duros de corazón.
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El soberbio cree poseer la fuerza, aunque las pruebas le dicen a cada paso que no es absoluto, que su grandeza es falsa. LA FUERZA QUE OS ENTREGO, APROVECHADLA EN LA PRÁCTICA DEL BIEN. Ahora estáis a punto de presenciar la destrucción del reinado del materialismo en el que caerán tronos, coronas, poder, orgullo y vanidades. Todo ello ha existido y existirá mientras los hombres crean que no hay más gloria que la vida espiritual, entonces caerán de su cuerpo las falsas galas y se ataviará el espíritu con la vestidura de los que aman la verdad, el bien y la pureza.
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Cuando en el hombre existe un verdadero conocimiento de las obras que ha realizado, no se deja cegar por la vanidad, sabe que si este innoble sentimiento penetra en su ser, su inteligencia se nublaría y ya no podría avanzar en el sendero, se estancaría y sucumbiría en el letargo. La vanidad ha perdido a muchos hombres, ha derrumbado muchos pueblos florecientes y ha hundido vuestras culturas. Mientras que los pueblos tuvieron por ideal el trabajo, la lucha y el progreso, supieron de la abundancia, del esplendor y el bienestar; más cuando el orgullo les hizo sentirse superiores y cuando su idea de elevación fue cambiando por la ambición insaciable de desearlo todo por si, sin darse cuenta y sin quererlo comenzaron a destruir paso a paso cuanto habían construido, ACABANDO POR HUNDIRSE EN UN ABISMO.
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Al hablaros así, no trato de inspiraros solamente ambiciones materiales; quiero que mis palabras sean interpretadas justamente para que sepáis aplicarlas a lo espiritual, así como a lo material. La vanidad no solamente puede sorprender al hombre en su vida material, ved las caídas y los fracasos de las grandes religiones, carcomidas en sus bases por la vanidad, por la soberbia, por su falso engrandecimiento; cuando han creído estar en lo más alto de su poder, alguien ha venido a despertarles de su sueño, haciéndoles ver sus errores, sus desvíos, su alejamiento de la ley y de la verdad.
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Muchos pueblos han caído al fondo del abismo de la materialidad y todavía están por caer otros, más el dolor de su caída hará que despierten de su profundo sueño. Son aquellas naciones las que después de un tiempo de esplendor, rodaron al abismo, para hundirse en la tiniebla del dolor y de la miseria. No es ahora un pueblo sino toda la humanidad la que ciega corre hacia la miseria. No es ahora un pueblo sino toda la humanidad la que ciega corre hacia la muerte y la confusión. La soberbia de los pueblos será tocada por mi justicia. Recordad a Nínive, a Babilonia, a Grecia, a Roma, a Cartago; en ellas encontraréis profundas lecciones de la justicia divina. La convicción de fortaleza y de vuestro valor espiritual no será causa de vanidad, PORQUE LA GRANDEZA ESPIRITUAL DIFIERE MUCHO DE LA GRANDEZA MATERIAL.
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TODO AQUEL QUE QUIERA SEGUIRME POR ESTA SENDA, DEBE DESPOJAR SU CORAZÓN DE TODO INTERÉS MEZQUINO, DE TODO EGOÍSMO Y DE TODA VANIDAD. Solo a través de un corazón limpio puede sentirse mi amor. Nadie venga con grandeza o vanidad, porque os digo que os prefiero menesterosos y pecadores pero humildes, tratando de lavar vuestras manchas en las aguas cristalinas de mi perdón. YO OS DIGO QUE NUNCA A VUESTRA CONCIENCIA DESOIRÉIS, CUANDO ELLA LLEGUE A RECLAMAROS VUESTRAS FALTAS.
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Quien no empiece por depurar y elevar su vida humana, no puede aspirar a elevarse espiritualmente, porque sus pasos serán en falso y sus obras no tendrán simiente de verdad. Amaos en verdad para que la soberbia no se apodere de vuestro corazón, PORQUE ESTÁ ES SIMIENTE QUE DESTRUYE LA HUMANIDAD Y LA CARIDAD. Cuidaos de que no os acontezca lo que a los constructores de Babel, a quienes los perdió su soberbia. Recordad que la mala simiente fue la causa de la división entre aquellos hombres. La torre quedó sin concluir, y fue tan grande la confusión de las gentes, que se dividieron en pueblos que hasta ahora viven todavía distanciados.
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El dolor intenso que se abate en múltiples formas sobre este mundo, es el efecto de las faltas cometidas por los hombres, más ya no se dan cuenta de mi justicia, cegados unos por la ambición y otros por el odio. EL MATERIALISMO, EL ORGULLO Y LA SOBERBIA, SERÁN ABATIDOS, y vendrá la confusión entre los hombres. Es menester contender a los ambiciosos de los bienes de la tierra unos instantes más, para que su desengaño sea absoluto; para que al fin lleguen a convencerse de que el oro, el poder, los títulos y los placeres de la carne, no les darán jamás la paz ni el bienestar al espíritu.
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¿Cómo tendrá que ser la humanidad que debéis mostrarme? ESCUCHAD: DIOS, EL SUPREMO, OS CREÓ “A SU IMAGEN Y SEMEJANZA”, NO POR LA FORMA MATERIAL QUE TENÉIS, SINO POR LAS VIRTUDES QUE ESTA DOTADO VUESTRO ESPÍRITU, SEMEJANTE A LAS DEL PADRE. Cuán agradable a vuestra vanidad ha sido el creeros la imagen del creador. Os creéis las criaturas más evolucionadas hechas por Dios y estáis en grave error al suponer que el universo se hizo sólo para vosotros, ¿Con cuánta ignorancia os llamáis a vosotros mismos reyes de la creación!
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Comprended que ni siquiera la tierra está hecha solamente para los hombres. En la escala interminable de la creación divina, existe un número infinito de espíritus que van evolucionando en cumplimiento a la ley de Dios. DESTRUID VUESTRO ORGULLO, LA HUMILDAD ES EL TRIUNFO. LA VANIDAD ES LA DERROTA. Aunque en el mundo apreciéis en otra forma estas cosas. Veréis entonces cómo la verdadera virtud habitará en vuestro corazón, lo notaréis cuando vuestra mano diestra haya hecho una buena obra y de ello ni siquiera se haya percatado la siniestra.
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SED HUMILDES ENTRE LOS MÁS HUMILDES, SED SIERVOS DE TODOS, COMO YO SOY VUESTRO SIERVO, he recibido muchas veces vuestras órdenes y os he obedecido para enseñaros. NO DESCIENDE EL QUE SIRVE, SINO SE DIGNIFICA. Y a cambio de vuestro servicio, no pidáis pago alguno. No hay en la tierra quien pueda apreciar vuestro trabajo. Yo os daré justicia según vuestros merecimientos. Tampoco quiero que deis torcidas interpretaciones a mi enseñanza, creyendo que yo os quiero pobres, llorosos, miserables, y enfermos, andrajosos o harapientos. ¡No! yo quiero que aprendáis a armonizar de tal manera vuestra lucha material con vuestra misión espiritual, que en el mundo podáis tener lo necesario y dejéis que el espíritu disponga también de unos instantes para practicar sus dones y desempeñar su misión.
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Nada tenéis que temer del mundo. NO POR SER HUMILDES VAIS A SER INDIGENTES, NO CONFUNDÁIS LA HUMILDAD DEL ESPÍRITU CON LA POBREZA DE LA MATERIA. No por ser humildes, vais a perder vuestros derechos de humanos, ¡No¡ por lo contrario, quien comprende y aplica a su vida la espiritualidad, es dueño de cuanto le rodea, y vive y goza con mayor intensidad que quien sólo ve y palpa lo material. TODOS SERÉIS GRANDES CUANDO ALCANCÉIS LA VERDADERA HUMILDAD, CUANDO PRACTIQUÉIS EL VERDADERO AMOR. Aquí tenéis cumplida la palabra que os di cuando en el segundo tiempo, JESÚS DABA GRACIAS A SU PADRE POR HABER OCULTADO SU SABIDURÍA A LOS SABIOS Y ENTENDIDOS, EN CAMBIO SE LA HABÍA DADO Y REVELADO A LOS HUMILDES.
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Si, los que llamáis sabios, se engrandecen y quieren humillar a los humildes, enseñándoles tan solo lo que ellos consideran las migajas del pan que de mi han recibido; mientras que los pobres, que si conocen las necesidades que la vida presente y sus privaciones, cuando llegan a poseer algo, sienten que es demasiado para ellos y participan de los demás, ahora agrego que, CUANDO EL AVARO SE TORNE EN GENEROSO Y EL SOBERBIO EN HUMILDE, llegará el instante a gozar de cuanto tengo reservado para el que sabe practicar la virtud, PUES MI AMOR NO ES PARCIAL, ES UNIVERSAL, ES PARA TODOS.
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Mi doctrina ha de transformar a los hombres persuadiéndoles con su amor, su dulzura y su justicia y les traerá la regeneración y la paz. Los reyes humildemente bajarán de sus tronos; las guerras fraticidas cederán el paso al perdón y se refrendarán las malas pasiones, y esa sed de sangre, comparable a la de las bestias que se dan muerte para satisfacer sus instintos, DARÁ PASO A LOS SENTIMIENTOS DE HUMILDAD.
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Mientras los científicos tratan de explicarlo todo a través de sus conocimientos materiales, yo revelo a los humildes la vida espiritual, la vida esencial, en la cual está el porqué, la razón y la explicación de todo lo que existe. SIEMPRE HAN SIDO HUMILDES Y SENCILLOS LOS QUE DESCUBREN MI PRESENCIA, PORQUE SUS ENTENDIMIENTOS NO ESTÁN OCUPADOS CON TEORÍAS HUMANAS QUE LOS APARTAN DEL CLARO DISCERNIMIENTO.
Bibliografía:
Contactos: temas_2001@yahoo.com, patypalencia@yahoo.com
www.eltercertestamento.org
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