Dije en aquel tiempo: DEJAD QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS. Si analizáis con cuidado y con amor mis palabras, veréis cuánta razón tuve al decíroslo. ¿Creéis que sea necesario que os diga que nada tenéis que hacer en los cementerios, y que las lágrimas que sobre las tumbas derramáis son lágrimas de la ignorancia, de la materialidad y el fanatismo.
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Una vez os dije que el hombre que era idólatra por inclinación y por este culto a sus muertos da una prueba palpable de su idolatría. Vosotros vais a llorar ante los restos inertes que quedaron en las enseñanzas de la tierra, y mientras llenáis de flores y regáis de lágrimas la losa que les cubre, aquellos que se liberaron de esas materias y habitan en el reino de la libertad y de la luz, dice: Oh, pobre materia, cuánto te ame y defendí, cuánto te procuré en honores y goces, vanidades y grandezas pasajeras y sólo eres ahora un puñado de ceniza en un oscuro sepulcro.
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VEO CÓMO TODOS LLEVÁIS EN EL CORAZÓN Y EN VUESTRAS RETINAS LA ÚLTIMA IMAGEN, LA VISIÓN MATERIAL DE VUESTROS SERES QUERIDOS. Al que partió en la niñez, lo recordáis como niño; al que dejó esta vida ya en la ancianidad de su envoltura, lo recordáis como a un anciano; así como al que se desprendió de un cuerpo extenuado por el dolor o en medio de una dolorosa agonía, así es como lo recordáis siempre; Y ES MENESTER QUE MEDITÉIS SOBRE LA DIFERENCIA QUE EXISTE ENTRE LO QUE ES CUERPO Y LO QUE ES ESPÍRITU, para que concluyáis que ahí en donde el hombre muere, nace el espíritu a una nueva vida; en donde se cierran sus ojos a la luz del mundo, otros se abren a la luz divina que ilumina la vida eterna del espíritu.
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EL ESPÍRITU DE QUIEN LLORÁIS, VIVE, Y OS OBSTINÁIS EN DARLE POR MUERTO EN AQUEL CUERPO QUE DESAPARECIÓ BAJO LA TIERRA. Les dais por perdidos, mientras que ellos, llenos de amor, os están esperando para daros testimonio de la verdad y de la vida. Les creéis lejanos o insensibles y sordos ante vuestras luchas y penalidades, y no sabéis cuántos pedruscos van apartando de vuestro paso y de cuantos riesgos os van librando. ¡AH SI EN VEZ DE LLORAR LA PARTIDA DE VUESTROS SERES QUERIDOS, ESCUCHASEIS EN EL FONDO DE VUESTRO CORAZÓN SUS VOCES, EN VEZ DE LUTO, QUE ES TINIEBLA, HABRÍA LUZ!
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Por eso os dije en aquel tiempo; DEJAD QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS. A vosotros os pregunto: ¿Tenéis muertos? Lo que muere no existe, más si los espíritus que me presentáis existen, es que están vivos. ¡Cuantos quisierais tener entre vosotros a los que visteis desaparecer, sin querer comprender que el deseo de ellos es que vosotros estéis con ellos en el más allá.
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Lo que llamáis muerte, separa en apariencia a los que se van de los que se quedan, pero un lazo eterno los une: EL DE LA FRATERNIDAD ESPIRITUAL. Si supieseis con qué compasión os ven desde el mundo espiritual aquellos seres, cuando os escuchan hablar así. ¡Piedad es lo que sienten por vosotros ante vuestra ignorancia, porque si les pudieseis contemplar, aunque fuese por un instante, os quedaríais mudos y asombrados frente a la verdad.
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QUIENES LLORAN LA AUSENCIA DE LOS SERES QUERIDOS, SON LOS MUERTOS QUE VELAN A SUS MUERTOS, son los que materializados en su ignorancia, no comprenden el significado de la vida y diciendo creer en la inmortalidad del espíritu, CON SU LLANTO Y SU LUTO DEMUESTRAN QUE NO TIENEN UN ÁTOMO DE FE, pues lloran por muertos a quienes de verdad viven, sólo porque no los ven o porque su cuerpo ha desaparecido.
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MÁS ALLÁ DE ESTE MUNDO EXISTE UN VALLE AL CUAL TODOS PENETRARÉIS EN ESPÍRITU. ¿Quién no tiene ahí un ser querido? ¿Quién no quisiera volver a contemplar a alguien a quien recuerde como padre, como madre, como hermano, como hijo, como esposo o esposa, o como amigo? Hoy es tan grande vuestra ignorancia espiritual, que cuando recordáis a los que han partido al más allá, decís: Pobre, murió y tuvo que dejarlo todo y se fue para siempre.
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Imaginaos el regocijo de todos aquellos seres en la tierra tuvieran vínculos materiales con vosotros y que hoy habitan más allá de vuestro mundo, cuando saben que la voz de ellos es escuchada espiritualmente en la tierra. Ellos no se han alejado de vosotros, no os olvidan, ni dejan de orar por los que se quedaron unos instantes sobre vosotros.
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LLORÁIS CUANDO UNO DE LOS VUESTROS PARTE HACIA EL VALLE ESPIRITUAL, en vez de que os sintáis llenos de paz, comprendiendo que aquel va a acercarse a un paso más a su Señor y en cambio, hacéis festín cuando un nuevo ser llega a vuestro hogar, sin que vosotros penséis en esa hora que aquel espíritu ha venido a encarnar para cumplir una expiación en este valle de lágrimas; ES CUANDO DEBÍAIS LLORAR POR ÉL.
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Velad y orad por los seres del más allá, para aquellos que nada necesitan de vosotros: vuestra oración será un saludo, un ósculo, un estrecho abrazo espiritual; y para los que sí necesitan vuestra ayuda: vuestra oración será un bálsamo, una liberación, una caricia y una voz de estímulo que en el camino de las pruebas y de la corresponde, al mundo al que pertenecen y les espera, al recibir la voz de este mundo que les atrae con su oración, DESPERTARÁN DE SU SUEÑO, RESUCITARÁN AL CONTEMPLAR LA DESINTEGRACIÓN DEL CUERPO QUE TANTO AMARON; mas vosotros debéis ser de aquellos que, al contemplar que ha llegado el final de una misión desempeñada por aquel cuerpo humano, elevéis un himno de gracias al creador.
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HOY VENGO A PERDONAROS DE TODOS VUESTROS ERRORES Y AL MISMO TIEMPO A MOSTRAROS UNA PÁGINA DEL DIVINO LIBRO DE LA VIDA, en donde podáis iluminar vuestro espíritu y vuestra mente. Cuando os dije: AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, no penséis que era sólo respecto a vuestros semejantes, SINO DE UN MUNDO AL OTRO, más ahora os digo, que cuando penséis en los que se han ido, no los sintáis distantes y tampoco los imaginéis insensibles. NO AMÉIS NI RECORDÉIS A LOS MUERTOS, SÓLO DEBÉIS DE RECORDARLOS VIVOS, PORQUE ELLOS HABITAN EN LA ETERNIDAD Y ESTÁN CERCA DE VOSOTROS.
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Meditad todos mi palabra y veréis en ella explicados con suma sencillez los misterios que no habéis querido hasta ahora conocer. Cuando queráis orar por los seres que habitan el valle espiritual, no fijéis días ni hora para evocarlos y acercaros a esas criaturas, hacedlo por el amor que os une a ellas y pensad que pertenecen a la vida espiritual, que habitan en la eternidad y no se encuentra bajo la acción del tiempo.
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Cuando recordáis a los seres que os pertenecieron en la tierra, vuestros padres, hijos o hermanos, hay quienes en medio de su confusión, me reclaman por haberles llevado al valle espiritual y yo les digo: LOS LAZOS DE AMOR QUE OS UNÍAN, NO SE HAN ROTO, TODOS VIVÍS DENTRO DE ESTE UNIVERSO E IRÉIS DE UNA ESCALA A OTRA HASTA LLEGAR AL FIN Y AHÍ OS ENCONTRARÉIS TODOS.
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Esos seres por quienes me pedís, no han muerto, viven y hay en su espíritu mayor claridad que en vosotros. Están iluminados y lejos de haberles perdido, son para vosotros báculo y consuelo en las penas, intercesores y protectores; a ellos uníos, porque a mí están unidos por el amor y la conciencia. NO SUFREN, ESTÁN CONFORMES, PORQUE SE ENCUENTRAN EVOLUCIONANDO Y PERFECCIONÁNDOSE PARA LLEGAR A MÍ.
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YO OS DIGO QUE ESTÁ MUY BIEN QUE LOS RECORDÉIS, QUE TENGÁIS PARA ELLOS UN PENSAMIENTO DE GRATITUD, DE AMOR, DE ADMIRACIÓN; PERO LO QUE NO ÉSTA BIEN ES QUE LOS LLORÉIS COMO SI FUERAN BIENES QUE HUBIESEIS PERDIDO, NI TAMPOCO QUE LOS DEIS POR MUERTOS, porque si en esos instantes en verdad vuestros ojos derramaran llanto por ellos y vuestro pecho suspira por los que partieron, pudierais contemplarlos, quedaríais asombrados ante la luz que los ilumina y la vida que los anima; entonces exclamaríais: VERDADERAMENTE ELLOS SON LOS QUE VIVEN Y NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS. ¿Verdad que vivís confundidos cuando lloráis ante un cuerpo inerte, mientras olvidáis que un espíritu vive, vibra y palpita?
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También debo deciros que si en lugar de dedicarles según esta tradición un día a los que pasaron a la vida espiritual, estuvieseis siempre unidos a ellos por el lazo de la oración, su ser invisible pero real en vuestra existencia, en vuestras luchas, en vuestras pruebas y también en vuestros momentos amables. Y AQUELLOS SERES, POR SU PARTE, TENDRÍAN OPORTUNIDAD DE TRABAJAR EN VUESTRAS OBRAS Y EMPRESAS NOBLES, CON LO CUAL ADQUIRIRÍAN MÁS LUZ.
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ORAD POR ELLOS, NO VAYÁIS A DEJAR DE AMARLES Y RECORDARLES, PORQUE VUESTRO RECUERDO Y VUESTRAS ORACIONES SON UN DULCE CONSUELO EN SU LUCHA. Nunca los imaginéis turbados o habitando entre las tinieblas, porque sería tanto como si vosotros os sintieseis capacitados para dictaminar un juicio y una sentencia sobre ellos; y si aquí en la tierra los humanos suelen ser tan imperfectos e injustos para juzgar las causas de sus semejantes ¿Qué será tratándose de juicios sobre los espíritus? OS DIGO NUEVAMENTE, QUE A VOSOTROS SÓLO OS TOCA AYUDARLES CON VUESTRA ORACIÓN Y CON VUESTRAS BUENAS OBRAS EN EL MUNDO.
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No sintáis la necesidad de que ellos se manifiesten en alguna forma material en vuestra vida, ya sea tomando un cerebro o de alguna otra manera, porque negarías la espiritualidad que os he enseñado. Tampoco tengáis determinado día del año para invocarles; no, meditad en que lo espiritual vive fuera del tiempo material y que por lo tanto todo instante podrá ser propicio para aproximaros a ellos a través de la oración espiritual.
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CUÁNTOS DE ESOS SERES A QUIENES MUCHAS VECES HABÉIS IMAGINADO SUFRIENDO TURBACIONES, SON PRECISAMENTE LOS QUE HAN LUCHADO POR ACERCAROS A ESTE CAMINO DE LUZ QUE ELLOS NO PUDIERON ENCONTRAR CUANDO ESTUVIERON EN LA TIERRA.
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NO LLORÉIS ENTONCES POR ELLOS, Y MUCHO MENOS TENGÁIS LUTO PORQUE PARTIERON AL VALLE ESPIRITUAL; NO HAN MUERTO, SIMPLEMENTE SE ADELANTARON UNOS INSTANTES AL MOMENTO EN QUE VOSOTROS HABRÉIS DE PARTIR; ASÍ FUE DISPUESTO POR MÍ, PARA QUE OS PREPARASEN EL CAMINO.
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Una vez os dije que el hombre que era idólatra por inclinación y por este culto a sus muertos da una prueba palpable de su idolatría. Vosotros vais a llorar ante los restos inertes que quedaron en las enseñanzas de la tierra, y mientras llenáis de flores y regáis de lágrimas la losa que les cubre, aquellos que se liberaron de esas materias y habitan en el reino de la libertad y de la luz, dice: Oh, pobre materia, cuánto te ame y defendí, cuánto te procuré en honores y goces, vanidades y grandezas pasajeras y sólo eres ahora un puñado de ceniza en un oscuro sepulcro.
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VEO CÓMO TODOS LLEVÁIS EN EL CORAZÓN Y EN VUESTRAS RETINAS LA ÚLTIMA IMAGEN, LA VISIÓN MATERIAL DE VUESTROS SERES QUERIDOS. Al que partió en la niñez, lo recordáis como niño; al que dejó esta vida ya en la ancianidad de su envoltura, lo recordáis como a un anciano; así como al que se desprendió de un cuerpo extenuado por el dolor o en medio de una dolorosa agonía, así es como lo recordáis siempre; Y ES MENESTER QUE MEDITÉIS SOBRE LA DIFERENCIA QUE EXISTE ENTRE LO QUE ES CUERPO Y LO QUE ES ESPÍRITU, para que concluyáis que ahí en donde el hombre muere, nace el espíritu a una nueva vida; en donde se cierran sus ojos a la luz del mundo, otros se abren a la luz divina que ilumina la vida eterna del espíritu.
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EL ESPÍRITU DE QUIEN LLORÁIS, VIVE, Y OS OBSTINÁIS EN DARLE POR MUERTO EN AQUEL CUERPO QUE DESAPARECIÓ BAJO LA TIERRA. Les dais por perdidos, mientras que ellos, llenos de amor, os están esperando para daros testimonio de la verdad y de la vida. Les creéis lejanos o insensibles y sordos ante vuestras luchas y penalidades, y no sabéis cuántos pedruscos van apartando de vuestro paso y de cuantos riesgos os van librando. ¡AH SI EN VEZ DE LLORAR LA PARTIDA DE VUESTROS SERES QUERIDOS, ESCUCHASEIS EN EL FONDO DE VUESTRO CORAZÓN SUS VOCES, EN VEZ DE LUTO, QUE ES TINIEBLA, HABRÍA LUZ!
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Por eso os dije en aquel tiempo; DEJAD QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS. A vosotros os pregunto: ¿Tenéis muertos? Lo que muere no existe, más si los espíritus que me presentáis existen, es que están vivos. ¡Cuantos quisierais tener entre vosotros a los que visteis desaparecer, sin querer comprender que el deseo de ellos es que vosotros estéis con ellos en el más allá.
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Lo que llamáis muerte, separa en apariencia a los que se van de los que se quedan, pero un lazo eterno los une: EL DE LA FRATERNIDAD ESPIRITUAL. Si supieseis con qué compasión os ven desde el mundo espiritual aquellos seres, cuando os escuchan hablar así. ¡Piedad es lo que sienten por vosotros ante vuestra ignorancia, porque si les pudieseis contemplar, aunque fuese por un instante, os quedaríais mudos y asombrados frente a la verdad.
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QUIENES LLORAN LA AUSENCIA DE LOS SERES QUERIDOS, SON LOS MUERTOS QUE VELAN A SUS MUERTOS, son los que materializados en su ignorancia, no comprenden el significado de la vida y diciendo creer en la inmortalidad del espíritu, CON SU LLANTO Y SU LUTO DEMUESTRAN QUE NO TIENEN UN ÁTOMO DE FE, pues lloran por muertos a quienes de verdad viven, sólo porque no los ven o porque su cuerpo ha desaparecido.
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MÁS ALLÁ DE ESTE MUNDO EXISTE UN VALLE AL CUAL TODOS PENETRARÉIS EN ESPÍRITU. ¿Quién no tiene ahí un ser querido? ¿Quién no quisiera volver a contemplar a alguien a quien recuerde como padre, como madre, como hermano, como hijo, como esposo o esposa, o como amigo? Hoy es tan grande vuestra ignorancia espiritual, que cuando recordáis a los que han partido al más allá, decís: Pobre, murió y tuvo que dejarlo todo y se fue para siempre.
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Imaginaos el regocijo de todos aquellos seres en la tierra tuvieran vínculos materiales con vosotros y que hoy habitan más allá de vuestro mundo, cuando saben que la voz de ellos es escuchada espiritualmente en la tierra. Ellos no se han alejado de vosotros, no os olvidan, ni dejan de orar por los que se quedaron unos instantes sobre vosotros.
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LLORÁIS CUANDO UNO DE LOS VUESTROS PARTE HACIA EL VALLE ESPIRITUAL, en vez de que os sintáis llenos de paz, comprendiendo que aquel va a acercarse a un paso más a su Señor y en cambio, hacéis festín cuando un nuevo ser llega a vuestro hogar, sin que vosotros penséis en esa hora que aquel espíritu ha venido a encarnar para cumplir una expiación en este valle de lágrimas; ES CUANDO DEBÍAIS LLORAR POR ÉL.
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Velad y orad por los seres del más allá, para aquellos que nada necesitan de vosotros: vuestra oración será un saludo, un ósculo, un estrecho abrazo espiritual; y para los que sí necesitan vuestra ayuda: vuestra oración será un bálsamo, una liberación, una caricia y una voz de estímulo que en el camino de las pruebas y de la corresponde, al mundo al que pertenecen y les espera, al recibir la voz de este mundo que les atrae con su oración, DESPERTARÁN DE SU SUEÑO, RESUCITARÁN AL CONTEMPLAR LA DESINTEGRACIÓN DEL CUERPO QUE TANTO AMARON; mas vosotros debéis ser de aquellos que, al contemplar que ha llegado el final de una misión desempeñada por aquel cuerpo humano, elevéis un himno de gracias al creador.
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HOY VENGO A PERDONAROS DE TODOS VUESTROS ERRORES Y AL MISMO TIEMPO A MOSTRAROS UNA PÁGINA DEL DIVINO LIBRO DE LA VIDA, en donde podáis iluminar vuestro espíritu y vuestra mente. Cuando os dije: AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, no penséis que era sólo respecto a vuestros semejantes, SINO DE UN MUNDO AL OTRO, más ahora os digo, que cuando penséis en los que se han ido, no los sintáis distantes y tampoco los imaginéis insensibles. NO AMÉIS NI RECORDÉIS A LOS MUERTOS, SÓLO DEBÉIS DE RECORDARLOS VIVOS, PORQUE ELLOS HABITAN EN LA ETERNIDAD Y ESTÁN CERCA DE VOSOTROS.
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Meditad todos mi palabra y veréis en ella explicados con suma sencillez los misterios que no habéis querido hasta ahora conocer. Cuando queráis orar por los seres que habitan el valle espiritual, no fijéis días ni hora para evocarlos y acercaros a esas criaturas, hacedlo por el amor que os une a ellas y pensad que pertenecen a la vida espiritual, que habitan en la eternidad y no se encuentra bajo la acción del tiempo.
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Cuando recordáis a los seres que os pertenecieron en la tierra, vuestros padres, hijos o hermanos, hay quienes en medio de su confusión, me reclaman por haberles llevado al valle espiritual y yo les digo: LOS LAZOS DE AMOR QUE OS UNÍAN, NO SE HAN ROTO, TODOS VIVÍS DENTRO DE ESTE UNIVERSO E IRÉIS DE UNA ESCALA A OTRA HASTA LLEGAR AL FIN Y AHÍ OS ENCONTRARÉIS TODOS.
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Esos seres por quienes me pedís, no han muerto, viven y hay en su espíritu mayor claridad que en vosotros. Están iluminados y lejos de haberles perdido, son para vosotros báculo y consuelo en las penas, intercesores y protectores; a ellos uníos, porque a mí están unidos por el amor y la conciencia. NO SUFREN, ESTÁN CONFORMES, PORQUE SE ENCUENTRAN EVOLUCIONANDO Y PERFECCIONÁNDOSE PARA LLEGAR A MÍ.
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YO OS DIGO QUE ESTÁ MUY BIEN QUE LOS RECORDÉIS, QUE TENGÁIS PARA ELLOS UN PENSAMIENTO DE GRATITUD, DE AMOR, DE ADMIRACIÓN; PERO LO QUE NO ÉSTA BIEN ES QUE LOS LLORÉIS COMO SI FUERAN BIENES QUE HUBIESEIS PERDIDO, NI TAMPOCO QUE LOS DEIS POR MUERTOS, porque si en esos instantes en verdad vuestros ojos derramaran llanto por ellos y vuestro pecho suspira por los que partieron, pudierais contemplarlos, quedaríais asombrados ante la luz que los ilumina y la vida que los anima; entonces exclamaríais: VERDADERAMENTE ELLOS SON LOS QUE VIVEN Y NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS. ¿Verdad que vivís confundidos cuando lloráis ante un cuerpo inerte, mientras olvidáis que un espíritu vive, vibra y palpita?
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También debo deciros que si en lugar de dedicarles según esta tradición un día a los que pasaron a la vida espiritual, estuvieseis siempre unidos a ellos por el lazo de la oración, su ser invisible pero real en vuestra existencia, en vuestras luchas, en vuestras pruebas y también en vuestros momentos amables. Y AQUELLOS SERES, POR SU PARTE, TENDRÍAN OPORTUNIDAD DE TRABAJAR EN VUESTRAS OBRAS Y EMPRESAS NOBLES, CON LO CUAL ADQUIRIRÍAN MÁS LUZ.
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ORAD POR ELLOS, NO VAYÁIS A DEJAR DE AMARLES Y RECORDARLES, PORQUE VUESTRO RECUERDO Y VUESTRAS ORACIONES SON UN DULCE CONSUELO EN SU LUCHA. Nunca los imaginéis turbados o habitando entre las tinieblas, porque sería tanto como si vosotros os sintieseis capacitados para dictaminar un juicio y una sentencia sobre ellos; y si aquí en la tierra los humanos suelen ser tan imperfectos e injustos para juzgar las causas de sus semejantes ¿Qué será tratándose de juicios sobre los espíritus? OS DIGO NUEVAMENTE, QUE A VOSOTROS SÓLO OS TOCA AYUDARLES CON VUESTRA ORACIÓN Y CON VUESTRAS BUENAS OBRAS EN EL MUNDO.
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No sintáis la necesidad de que ellos se manifiesten en alguna forma material en vuestra vida, ya sea tomando un cerebro o de alguna otra manera, porque negarías la espiritualidad que os he enseñado. Tampoco tengáis determinado día del año para invocarles; no, meditad en que lo espiritual vive fuera del tiempo material y que por lo tanto todo instante podrá ser propicio para aproximaros a ellos a través de la oración espiritual.
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CUÁNTOS DE ESOS SERES A QUIENES MUCHAS VECES HABÉIS IMAGINADO SUFRIENDO TURBACIONES, SON PRECISAMENTE LOS QUE HAN LUCHADO POR ACERCAROS A ESTE CAMINO DE LUZ QUE ELLOS NO PUDIERON ENCONTRAR CUANDO ESTUVIERON EN LA TIERRA.
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NO LLORÉIS ENTONCES POR ELLOS, Y MUCHO MENOS TENGÁIS LUTO PORQUE PARTIERON AL VALLE ESPIRITUAL; NO HAN MUERTO, SIMPLEMENTE SE ADELANTARON UNOS INSTANTES AL MOMENTO EN QUE VOSOTROS HABRÉIS DE PARTIR; ASÍ FUE DISPUESTO POR MÍ, PARA QUE OS PREPARASEN EL CAMINO.
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Bibliografía:
El Tercer Testamento, Revelaciones del Espíritu de Verdad, 1866-1950
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