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QUISIERA QUE SUPIESEIS LO QUE ES LA FE, PARA QUE COMPRENDIESEIS QUE QUIEN LA POSEE, ES DUEÑO DE UN TESORO INCOMPARABLE. La vida ha sido siempre penosa para el hombre debido a que siempre ha ignorado muchos de los dones que en sí lleva. ¿Cómo podía hacer uso de ellos ignorando su existencia? Yo he sorprendido muchas veces a los hombres abatidos y tristes, creyéndose impotentes para liberarse del yugo que para ellos significa en este tiempo la vida. Y por eso he venido a sorprenderos gratamente con mi voz que os llama, como mi palabra que viene a infundiros fe, valor, alegría y esperanza.
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Dije a los hombres que en mi creyeron en el segundo tiempo: “Tu fe te ha salvado”. ASÍ LO DECLARÉ PORQUE LA FE ES UNA POTENCIA CURATIVA, ES UNA FUERZA QUE TRANSFORMA Y SU LUZ DESTRUYE LAS TINIEBLAS. (Marcos 5:21-43).
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EN VERDAD, EN VERDAD OS DIGO, QUE LO IMPOSIBLE NO EXISTE. En casos tan pequeños como vuestros quebrantos de salud, hablad a Dios con verdadera fe y confianza en su presencia, y ese Dios que habita en cada uno de vosotros, que sabe lo que necesitáis y lo que sentís, os dará según sea su voluntad. TENED FE DEL TAMAÑO DEL GRANO DE MOSTAZA Y VERÉIS REALIZARSE GRANDES PRODIGIOS.
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En el camino nadie sucumbe y aunque hay ocasiones en que el hombre cae doblegado por el peso de su cruz, una fuerza superior le levanta y le da ánimos; esa fuerza proviene de la fe. Para los seres humanos, sobre todo cuando viven horas dolorosas, hay instantes en que les parecen siglos, porque no saben revestirse de esperanza, de fe, de paciencia y mansedumbre, mas cuando se elevan a mí para recibir la luz, esas virtudes les darán fuerza para esperar y para luchar y además les endulzarán las horas difíciles.
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DEDUCID DE MIS PALABRAS QUE LO QUE QUIERO DE VOSOTROS ES CONFIANZA, FE, OPTIMISMO, CALMA Y FORTALEZA; QUE A PESAR DE VUESTROS TRABAJOS PENALIDADES NO HAYA AMARGURA EN VUESTRO CORAZÓN. Cuando en un hombre surge la fe verdadera en lo divino, es que ha mirado con el espíritu, ¿Quién o qué podrá hacerle negar lo que en esa forma ha palpado? En cambio, cuántos se engañan a si mismos con una fe falsa, porque jamás han sabido mirar ni sentir con el espíritu y se han conformado con decir que tienen fe, ya que sin ver, ellos creen. Éstos son los que en la primera prueba dudan, se desconciertan o confunden y muchas veces concluyen negando.
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¿Por qué en un día me presentáis vuestro amor y fe y en otro día desconfiáis de mí? ¿Por qué cambia vuestro corazón? Quiero contemplaros como piedra firme, vuestra fe siempre la misma. Vuestro amor siempre en crecimiento. Quiero que seáis como las plantas que cultiváis en la tierra, que no os detengáis en vuestro desarrollo, que podáis alcanzar en corto tiempo la plenitud y madurez de todos vuestros dones, para que podáis reconocerme.
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MIENTRAS EXISTA LA DUDA Y LA DEBILIDAD QUE PUGNAN POR VENCEROS, NO PODRÁ HABER VERDADERA FE EN VOSOTROS. La fe se siente, es el impulso que os hace poner en práctica una idea sin temor a fracasar. Es la mirada espiritual que alcanza a contemplar la verdad, al final del camino. ¿Qué le falta entonces a vuestra fe para poder obrar prodigios? Que crezca, que aumente, que se desborde y entonces no serán miserias las que vengáis a presentarme, ni lágrimas las que me ofrezcáis, sino acción de gracias, satisfacción, conformidad, confianza, alegría, fortaleza y esperanza.
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Cuándo carecéis de fe, o ésta es muy débil, sin daros cuenta, a cada paso me vais negando, y en muchas de vuestras obras vais dando testimonio en contra mía; os digo esto para que observéis bien vuestros actos y midáis sus efectos, no sólo materiales sino también espirituales. ¿Acaso no vive dentro de vosotros la esperanza que os anima para aguardar un mañana mejor?
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NO OS DEJÉIS INVADIR POR LA MELANCOLÍA Y LA DESESPERACIÓN, PENSAD EN MI AMOR QUE SIEMPRE ES CON VOSOTROS. BUSCAD EN MÍ LA RESPUESTA A VUESTRAS DUDAS Y PRONTO OS SENTIRÉIS ILUMINADOS POR UNA NUEVA REVELACIÓN; LA LUZ DE LA FE Y DE LA ESPERANZA SE ENCENDERÁN MUY DENTRO DE VUESTRO ESPÍRITU. Entonces seréis baluarte de los débiles.
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Yo repruebo a los que llevan una fe ciega, una fe sin conocimiento, una fe adquirida por temores y supersticiones. No escuchéis las palabras de quienes atribuyen a Dios todos los males que aquejan a la humanidad, todas las plagas, hambres y pestes, llamándolas castigo o ira de Dios. Esos son los falsos profetas. No me conocen y quieren enseñar a los hombres cómo es Dios.
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Yo sé que muchos habrán de escandalizarse cuando conozcan esta palabra, pero serán aquellos que en su confusión no quieran reconocer que en el hombre existen además de la naturaleza humana la parte espiritual, o aquellos que, creyendo en el espíritu, aferrados a la rutina de sus tradiciones y de sus creencias, nieguen que exista un camino de infinita evolución para el espíritu.
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QUIERO QUE LLEGUÉIS A CONOCER TODO EL PODER DE QUE OS HE DOTADO PARA QUE HAGÁIS EL BIEN Y ENCUMBRÉIS LA MONTAÑA APOYÁNDOOS SIEMPRE EN EL BÁCULO DE MI VERDAD.
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Temas del Tercer Testamento, Ediciones el nuevo mensaje
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