DOCTRINA: Doctrina significa: enseñanza o verdad. La doctrina es el fundamento y armadura de toda enseñanza y predicación. La doctrina es un sistema de creencias, principios y enseñanzas sobre una rama de conocimiento.
La doctrina espiritual encuentra sus raíces en el primer tiempo con Moisés (Antiguo Testamento), el segundo tiempo con Jesús (Nuevo Testamento) y la continuación en la tercera era con Elías a través de Roque Rojas (Tercer testamento).
La doctrina espiritual sigue la Teocracia de los antiguos hebreos, las enseñanzas de las divinidades y desarrolla el conocimiento universal para entregarlo a la humanidad. Este conocimiento da explicación a los fenómenos metafísicos y esotéricos, nos revela los misterios de la vida y de nuestro espíritu.
La doctrina espiritual es un camino de autoconciencia que inicia en nuestro interior y termina en Dios, porque sabemos que la naturaleza de espíritu es la más cercana a la naturaleza de Dios.
DOGMA: El dogma es un principio sostenido por una religión u otra organización de autoridad que no admite réplica.
El término dogmatismo es la tendencia a erigir fórmulas que expresan conocimientos, en verdades indiscutibles, al margen del estudio, de la crítica y de la discusión.
La santa inquisición fue un ejemplo de discriminación y aniquilación hacia aquellos que no seguían estos dogmas.
La verdadera doctrina de Cristo
PADRE JESÚS:
Hay muchos hombres que juzgan fuera de época mi doctrina y esto es porque su materialidad no les permite descubrir el sentido eterno de mis lecciones, esta es mi doctrina de todos los tiempos. Mirad que teniendo la verdad delante de vuestros ojos no la habéis comprendo.
¿Como podréis vivirla si no la conocéis? En torno a mi doctrina se han creado misterios y dogmas. Y yo os digo que el misterio no existe y que la ignorancia sí. Mi palabra no detiene la evolución de vuestro espíritu por el contrario lo liberta de temores y de prejuicios y le hace contemplar el camino de la luz que le espera.
Desde el principio de los tiempos los emisarios de la ley y de la doctrina del espíritu han encontrado como adversario al hombre de ciencia. Religión y ciencia han estado siempre en pugna sin comprender los hombres que la vida espiritual y la material deben vivir en perfecta armonía. De cierto os digo que a los unos les falta conocer la verdad que la naturaleza encierra y a los otros interpretar debidamente mi ley.
Creen las religiones estar cumpliendo mi máxima de amaos los unos, reconociendo solo a sus fieles y desconociendo a los que pertenecen a otra secta. Son los hombres los que provocan tempestades…
Con cuanta dulzura y amor enseñaron a la humanidad los primeros maestros del cristianismo, la fuerza de su palabra estuvo en la verdad de sus obras con las cuales convertían e invitaban a la espiritualidad, los llamo maestros porque enseñaron según mi ejemplo.
Si alguien ha querido enseñaros obligándoos a creer sin comprender el sentido de mis enseñanzas ese no es un buen maestro, menos si hace uso de la fuerza privando a sus hermanos de la libertad de pensar, de creer y razonar. La ley y doctrina que legue a la humanidad en tiempos pasados se encuentran ocultas y han sido sustituidas por ritos, cultos exteriores, tradiciones y ceremonias.
Cuanto temor veo en muchos corazones cuando se trata de renunciar a esos hábitos que habéis creado dentro de mi doctrina y como sentís lastimado vuestro corazón cuando se os habla de ellos sin que queráis comprender que por cumplir con esas tradiciones abandonáis el verdadero cumplimiento de mi ley. Cuantos ritos le habéis mesclado, cuantas impurezas, hasta haber llegado a deformarla. Que equivocados se encuentran los hombres cuando piensan en Dios a través de la liturgia y las ceremonias. Dios no es ni puede ser lo que el hombre ha edificado en la tierra.
Si verdaderamente penetráis en el sentido de mi doctrina veréis como mi palabra de ahora es la explicación y aclaración de cuanto dije en aquel segundo tiempo a través de Jesús… No deseo esclavizaros con mi enseñanza porque en ella no existen dogmas, sentencias ni anatemas. Quiero que lleguéis a mí por amor por meritos, por fe, por convencimiento.
Mi doctrina pierde todo su sentido si no la lleváis a la práctica y por lo tanto quien solo la lleve en la memoria o en los labios sin aplicarla a sus obras esta prevaricando. Ya veréis como este mundo de ahora materialista, hostil y egoísta se transformara porque mi doctrina a veces fuerte como la tempestad y en ocasiones suave como la brisa arrasará lo impuro y dará vida a la buena cimiente para que los hombres establezcan su futuro sobre cimientos de amor y de armonía.
Comprended que para que esta humanidad llegue a alcanzar un verdadero conocimiento sobre ese retorno hacia lo puro y lo elevado habrá lucha conmociones y perturbaciones en la mente y en el espíritu de los hombres. Sin embargo no será comprendida al instante. El mundo volverá a juzgarme, esta humanidad volverá a poner la cruz sobre mis hombros, más ya sé que deberá pasar mi doctrina por sobre todas esas ingratitudes para que sea reconocida y amada.
De todo os prevengo porque ya os he dicho que habrá lucha y que mi doctrina será combatida en muchas formas. Muchos serán los que la traten desaparecer más para que mi doctrina desaparezca antes tendrá que dejar de existir el último de los espíritus, o sea el último de los hombres sobre este mundo. Ciertamente mi doctrina conmoverá el mundo más cuando la lucha haya cesado, se sentirá en la tierra la verdadera paz, aquella que viene de mi espíritu, solo seguirán sufriendo los necios, los reacios de entendimiento y duros de corazón.
Esta palabra sencilla y humilde en su forma pero profunda en su sentido espiritual volverá confundir a los sabios en su soberbia y en su vanidad. Y les demostrara que a la doctrina de Cristo el salvador nadie podrá extinguirla porque ÉL ES LA VIDA.
Cuando la humanidad conozca mi enseñanza y penetre en su sentido depositara en ella su confianza y se afirmará su fe en este certero camino, que es guía para todo ser que quiera vivir en la justicia, en el amor y en el respeto hacia sus semejantes.
Cuando mi doctrina se asiente en los corazones de los hombres se iluminara la vida del hogar fortaleciendo a los padres en la virtud, a los matrimonios en la fidelidad, a los hijos en la obediencia y colmara de sabiduría a los maestros. Hará magnánimos a los gobernantes e inspirará a los jueces para que hagan verdadera justicia. Los científicos se verán iluminados y esta luz les revelara grandes secretos para el bien de la humanidad y para su evolución espiritual.
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Fuente:
El Tercer Testamento, Revelaciones del Espíritu de Verdad, 1866-1950
Contactos: temas_2001@yahoo.com, patypalencia@yahoo.com
www.eltercertestamento.org
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