ESPIRITUALIDAD Y ESPIRITUALISTA:

¿Qué es la espiritualidad?
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PADRE JESÚS:

La existencia que lleváis en la tierra tiene más de muerte que de vida ella es para muchos un infierno, un presidio, un cautiverio y un destierro, no se conoce en ella la paz, no existe la salud en el cuerpo ni en el espíritu, ni existen goces que os compensen en algo de tanto dolor, hay mucha pobreza en el espíritu de los hombres por su escasa espiritualidad, de ahí nace la tristeza, la orfandad y el hambre.
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A los valores materiales les habéis dado mayor importancia de la que poseen y en cambio de la vida espiritual ya nada queréis saber y ha llegado a tal grado vuestro amor al mundo que hasta lucháis cuanto es posible por ignorar todo lo que se refiere a la espiritualidad por creer que este conocimiento es contrario a vuestro progreso en el mundo.
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El hombre solo escucha la voz de su libre albedrio y el sendero de su vida está iluminado tan solo por la débil luz de sus conocimientos materiales. Pero esa voz es siempre una larga queja o sollozo y su escasa luz la manifiesta por medio de su ciencia que en lugar de elevarlo, va hundiéndolo más en su dolor.
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La finalidad de mi palabra es la de mostraros el camino certero por donde debéis transitar para alcanzar la verdadera espiritualidad por la cual lograreis no solamente la tranquilidad del corazón sino la paz de vuestro espíritu. Solo la luz de esta vida espiritual os revela la verdad, con ella podréis comprender cuanto deseas y necesitas saber.
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Cuando os hablo de la vida espiritual no quiero decir: Misticismo, ni fanatismo religioso o prácticas sobrenaturales; la espiritualidad no puede admitir ninguna especie de idolatría o prejuicios. Espiritualidad quiere decir: armonía del espíritu y de la materia, cumplimiento de las leyes divinas y humanas, sencillez y pureza en la vida, fe absoluta y profunda en el Dios verdadero, y alegría de servir a Dios en vuestros semejantes.
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Espiritualidad es también caridad sencillez, culto al amor, lucha por alcanzar la perfección del espíritu, elevación de los sentimientos, bondad del corazón, rectitud en los actos, limpieza en las obras y en la palabra, vida elevada y generosa, libertad y armonía con todo cuanto os rodea. Significa desarrollo de todas las facultades del hombre, tanto las que corresponden a su parte humana como las que vibran más allá de los sentidos del cuerpo que son: Las potencias, atributos, facultades y sentidos del espíritu.
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Quienes vivan y sientan la espiritualidad bien entendida tendrán fuerza y salud por lo que nunca dejarán de sentir la verdadera paz, y hasta cuando duerman su sueño será: tranquilo y reparador.

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¿Cómo podréis lograr la espiritualidad?
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Yo os digo: procurando ser justos en todos vuestros actos, practicando la verdadera caridad con vuestros hermanos, amando y perdonando. ¿No deseáis sanar las enfermedades del espíritu así como los de la materia? De cierto os digo que podéis y debéis hacerlo, y esto es posible practicando la verdadera espiritualidad. Entonces veréis realizarse verdaderas maravillas y prodigios. Vuestro camino ya no será pesado, las tentaciones ya nos harán caer las profundidades del abismo, ya sabréis tomar de este mundo lo estrictamente justo, lo licito e indispensable, dando con ello libertad a vuestro espíritu para lograr un mundo mejor.
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Cuando despertéis a la espiritualidad comprenderéis que las tinieblas son débiles ante la luz, el odio es un átomo frente a la fuerza irresistible del amor y el materialismo que se empequeñece ante los dones del espíritu. Por medio de ella se logra un grado de elevación que permite al hombre concebir ideas elevadas más allá de lo que su mente puede presentir. La semilla de la espiritualidad que siempre he sembrado en el mundo es la que una vez más os recuerdo en este tiempo, esa semilla encierra el secreto de una vida mejor.
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Imaginad el adelanto de una humanidad cuya moral proceda de la espiritualidad, una humanidad sin límites ni fronteras, compartiendo fraternalmente todos los medios de vida que la tierra ofrece a sus hijos. Tratad de imaginar lo que será la ciencia humana cuando tenga ella por ideal el amor de los unos a los otros, pensad en lo grato que será para mí recibir de los hombres el culto del amor, de la fe, de la obediencia y la humildad a través de su vida sin que tengan que recurrir a ritos ni a cultos externos.
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Comprended que es lo que quiero de vosotros para que no vayáis a confundiros en un misticismo fanático que en vez de facilitar a vuestro espíritu la comprensión de las lecciones divinas os equivoquéis con prácticas insanas. Ha si en toda vuestra vida pudieseis conservar pureza en la verdadera espiritualidad sin caer en el fanatismo cuán grande sería vuestra evolución… Yo no os aparto de vuestro cumplimiento en el mundo porque también ahí tenéis deberes sagrados, peor os digo que no deis al mundo importancia que ha vuestro desarrollo espiritual.

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Espiritualidad es cuanto pido en este tiempo a los hombres y dentro de lo lisito, verán cumplidos sus más grandes ideales y resueltos sus más grandes conflictos. Solo ella salvara de su caos a esta humanidad, no esperéis otra solución; oh pueblo y naciones de la tierra podréis hacer tratados de paz pero mientras esa paz no tenga por base la luz de la conciencia; seréis necios porque estaréis edificando sobre arena. Con un poco de amor buena voluntad, cuan fácil seria a los hombres poderse entender. La humanidad comprenderá que los bienes espirituales son indispensables para la vida del hombre, bienes que no se pueden adquirir con monedas, sino con preparación espiritual.

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¿Qué significa ser espiritualista?
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PADRE JESÚS:
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Sabéis que quiere decir espiritualista, yo os lo digo en una breve frase,

quiere decir:
DISCÍPULO DEL ESPÍRITU SANTO

Un cristiano puro quien reconoce y práctica la doctrina de Cristo.

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En el espiritualista debe haber paz, fe, caridad, perdón, sonrisa, comprensión, indulgencia y ternura, para derramarlos como bálsamo sobre los que sufren. Deberá existir en su corazón el celo, la fuerza y la energía ante los que alteren la verdad, la oculten o la vendan. No buscara el bien propio sino que sabrá darse enteramente a los demás llenando un hueco en el corazón de la humanidad y ayudando a sus hermanos a perfeccionar su idea respecto a Dios. El verdadero espiritualista no acumulara en abundancia los bienes materiales pero procurara siempre ser rico de los tesoros del espíritu, él sabrá siempre lo que tiene y lo es. Sufrirá como todo mortal pero nunca se desesperará ni renegará.
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En los discípulos del espíritu santo nunca deberá germinar la vanidad, en cambio la verdadera modestia deberá acompañarle siempre y así sus actos en vez de deslumbrar con falsa luz, tendrán eco en el corazón de sus hermanos. El buen discípulo espiritual es quien lucha toda su vida por el perfeccionamiento de su espíritu, no construirá templos de piedra, ni levantara altares, construirá un gran templo espiritual cuyas piedras serán los corazones de la humanidad uniéndose uno a uno por el verdadero amor.
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Nada tenéis que temer por ser mis discípulos, no por ser humildes vais a ser indigentes, no confundan la humildad del espíritu con la pobreza de la materia. No por ser espiritualistas vais a perder vuestros derechos de humanos, por el contrario quien comprende y aplica a su vida la espiritualidad es dueño de cuanto le rodea, y vive y goza con mayor intensidad que quien solo ve y palpa lo material.
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A vosotros espiritualistas os confío la tarea de derribar esa barrera que la humanidad entre Dios y ella. Barrera de falsa fe, de aparentes creencias en lo eterno, de materialidades y de cultos superfluos. El altar que os dejo para que celebréis en el culto que yo espero es la vida sin limitación alguna, más allá de todas las religiones, de todas las iglesias y las sectas. Tampoco quiero que cierren su culto en recintos materiales porque aprisionarían a vuestro espíritu y no lo dejarían abrir sus alas para conquistar la eternidad.
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Como espiritualistas deben relacionarse pon amor con vuestros semejantes pertenezcan estos a la religión que fuere, de esta manera testificarán que habéis sido preparados por mí y vuestras acciones nobles llegarán a todos los corazones y serán comprendidos por todos los que razonen sin egoísmo. Si creéis que vuestros hermanos descubran que sois mis discípulos: dense a conocer por la nobleza de vuestro corazón, dejad que la humildad se refleje en vuestros actos. El que es manso de corazón lo es también del espíritu, el soberbio y vanidoso aparenta ser fuerte más en realidad es pobre de espíritu.
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Tomarán con amor su cruz, no como una obligación pensando en que si no cumplen tendrá que irles mal en la vida, estáis lo suficientemente evolucionados espiritualmente para os diga como os estoy diciendo que vuestro cumplimiento a mi ley sea por amor a vuestros hermanos y que ese sentimiento haya sido inspirado por el amor a mí. No es el cumplimiento aparente el que hace grandes a los discípulos aunque delante de sus hermanos aparezcan como los más cumplidos, fervientes, perseverantes, pues no todo el que se dice espiritualista verdaderamente lo es.
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De vosotros no pedirá ya sangre la humanidad para creer en vuestro testimonio, os pedirá verdad y quien así hable y actúe será espiritualista aunque sus labios no lo digan. El espiritualista será reconocido por su palabra humilde y sencilla en su forma pero profunda en su sentido. Recordad que yo en la tierra no necesite del bello lenguaje exterior para cautivar el corazón de las multitudes, sino que supe llegar a ellas con el amor, con la verdad, el bálsamo y la sabiduría.
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Ese es el ejemplo que quiero que toméis en cuenta e imitéis, así seréis reconocidos por vuestras palabras sino por los buenos ejemplos, de vuestro espíritu y cuerpo emanara la luz, una potestad y una fuerza que le permitirá realizar lo que la inteligencia sola no es capaz de llevar a cabo. A ese grado de elevación quiero que lleguéis porque entonces cada obra vuestra será un testimonio de mi verdad, de vuestra palabra y oración brotara el bálsamo divino que será: gozo y liberación de los enfermos del espíritu o del cuerpo.
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El espiritualista del mañana será reconocido no como el místico, ni como el religioso que se aparta del mundo de los hombres para poder orar, sino como aquel que sabe luchar contra las tentaciones y que aun en medio del torbellino sabe distinguir el camino de la verdad. Encontraréis en el mundo muchos de mis discípulos porque en verdad os digo que en todas partes de este planeta están diseminados los espiritualistas discípulos míos, porque todos aquellos que sean espirituales en su manera de vivir y rendirme culto son espiritualistas.
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Hombres preparados que contribuirán a la paz de la humanidad, más os digo que la unión entre los espiritualistas de todo el orbe no se hará por la organización de una nueva iglesia, porque su fuerza no será material, su unión será de pensamiento, de ideal y de obras. De esta manera será invencible porque la harán tomando de la fuente eterna que está en mi espíritu.
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¿Quién podrá tendrá potestad en la tierra para detener la evolución de los espíritus o el curso de los planes de Dios? Nadie… El único ser absoluto en poder y en justicia es vuestro padre y el ha ordenado que todo espíritu avance hacia la perfección. No debéis ir a la humanidad con una preparación falsa o aparente porque su espíritu ha evolucionado y la venda que cubría sus ojos ha caído desde hace mucho tiempo.
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Llevad la espiritualidad, ofrecedle paz y hacer de vuestro rededor un ambiente de salud y fraternidad, y veréis como se escuchan y aceptan vuestras palabras en las que irán: mi inspiración y mi esencia. Preparaos para la lucha para que mi obra no sea comprendida por causa de vuestros malos actos porque muchas veces dependerá de vosotros el reconocimiento o desconocimiento de mi enseñanza.
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Más yo os pregunto ¿Qué podrá opacar mi obra si es la verdad misma, la pureza y la perfección? Nada… Más por vuestra falta de cumplimiento si perderéis ocasiones para hacer meritos y elevar vuestro espíritu. Por eso vengo en este tiempo a mostraros nuevamente mi palabra que es camino, esencia, ley, faro y estrella.
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El que así me busque será un verdadero espiritualista más para esto tendréis que espiritualizaros cada día, apartando de vosotros la materialidad porque no quiero que sean el espiritualista exagerado ¡No! el fanatismo es abominable ante mí y eso es lo que he venido a apartar de entre vosotros. Mientras algunos queman incienso y mirra como ofrenda hacia mi divinidad yo os enseño a ofrecerme la esencia de vuestro corazón y el perfume de vuestro espíritu.
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Esa ofenda espiritual es la que quiero de vosotros para lograr esa elevación que os pone en comunicación con mi divinidad, no necesitan estimular vuestros sentidos mediante la armonía de unas notas musicales, ni exaltarse ante la contemplación de ritos de objetos materiales, porque a vuestro espíritu solo debe estremecerle lo que es profundamente elevado y espiritual. De este modo caerá de vuestro espíritu y será abolido de vuestro corazón todo vestigio y huella de fanatismo, idolatría, materialismo y hasta de superstición.
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Y practicando con limpidez, con esa pureza, sencillez y elevación del espiritualismo darán el verdadero ejemplo a la humanidad de lo que debe de ser el culto que el padre espera de vosotros en este tercer tiempo. Quiero entre mis filas soldados firmes y fuertes que sepan defender la verdad, no legiones de fanáticos que en su ignorancia en vez de honrar mi obra la profanen. No quiero multitudes de hombres de poca fe que ante la lucha se acobarden y huyan considerándose impotentes para contender. No se crean perfectos por llevar el conocimiento de una doctrina perfecta, pero si traten de cumplir con la mayor limpidez de que sean capaces. Yo pondré a vuestro paso a todos los que ansían una palabra de verdadero consuelo.
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De cierto os digo que si el orgullo germina en vuestro corazón no seréis espiritualistas, el espíritu iluminado no puede satisfacerse con esas pequeñas vanidades que solo alagan al corazón egoísta. Como podrán llamarse espiritualistas mientras no sepan lo que es un espíritu y lo que significa y vale ante Dios. ¿Sois espiritualistas? Pues necesitáis demostrarlo en vuestro culto hacia Dios en vuestra vida y en vuestras relaciones de los unos para con los otros.
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Meditad en todo lo que os he dicho discípulos para que cuando digan que son espiritualistas sea porque verdaderamente viven lo que sus labios predican. Cuán fácil es decir: SOY ESPIRITUALISTA, pero cuán difícil es serlo en verdad. Los buenos sembradores del espiritualismo jamás se distinguirán por algo exterior o material, ni hábitos, ni insignias, ni forma especial de hablar habrá en ellos. Todo será sencillez y humildad, sin embargo si por algo se distinguen será por su caridad y su espiritualidad.
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¿Para qué se cubren con túnicas y ornamentos? Revistan mejor a su espíritu de pureza, yo solo quiero contemplar en ustedes ese ropaje. Vosotros no sigan en esa tendencia, ni usen vestidos especiales para distinguirse porque todo eso es culto idolatra, tampoco levanten altares y símbolos, ni hagan representaciones de hechos sagrados. Mi doctrina está libre de todo ritualismo, si así lo fuere perdería su esencia. Quiero que todos vuestros actos sean un desarrollo de la verdad, porque la doctrina que he venido a entregarles es como el agua cristalina.
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De mi obra no presenten nada confuso ante los hombres porque todo tiene una explicación clara y una razón de ser. Todo lo que entreguen deberá ser sin temor alguno, de esta manera todos los que hayan engañado a sus hermanos con manifestaciones ilícitas reconocerán su error y solo quedarán a mi servicio los que con buena intensión y buena preparación estén dispuestos a entregar a la humanidad mi verdad, mi caridad y mi paz.
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En verdad os digo que la mala hierba que crezca en los corazones será apartada de los campos fértiles, solo así conocerá la humanidad la verdadera obra del espíritu santo. Esta es la sencillez con que vengo a adoctrinar al discípulo espiritualista, para que el también sea sencillo como su maestro. Que sepa el discípulo persuadir y convertir con la verdad de sus palabras y la fuerza de sus obras sin querer sorprender a nadie con poderes misteriosos o facultades extraordinarias.
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Cuantos hay que dicen ser espiritualistas y aun no conocen el poder y la sabiduría del espiritualismo, ni las potencias y atributos del espíritu, y con sus obras van negando mi doctrina que como luz radiante ilumina espiritualmente a la humanidad. Si no quieren sufrir errores en la práctica de mi doctrina analicen sus actos por medio de la conciencia; si ella os reclama examínense a fondo donde puedan ver si están limpios o no.
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¿Quién podrá engañarme a mí? Nadie… Más no vengo a juzgarlos por lo que hacen sino por la intención con que lo hacen. Yo estoy en vuestra conciencia y más allá de ella, pensáis que yo pueda ignorar vuestros actos y la intención de ellos. No queráis ser espiritualistas solo por el nombre sino de obras, porque de falsos seguidores y de falsos discípulos está lleno el mundo.

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Si habéis abrazado una doctrina cuya bandera es la espiritualidad y sus armas son la luz y el amor de esas virtudes tenéis que dar pruebas al mundo y será la única simiente que sembréis si en verdad queréis que vuestra cosecha sea recibida por vuestro Padre. Con cuanta dulzura y amor enseñaron a la humanidad los primeros maestros del cristianismo, la fuerza de su palabra estuvo en la verdad de sus obras con las cuales convertían e invitaban a la espiritualidad, los llamo maestros porque enseñaron según mi ejemplo, si alguien después a querido enseñar obligando a creer sin comprender el sentido de mis enseñanzas ese no ha sido maestro. Si hace uso de la fuerza privando a sus hermanos de la libertad de pensar, de creer y razonar, ese no me ha imitado.
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Y si ha privado a los espíritus del anhelo de penetrar al fondo de mis revelaciones, vosotros como discípulos de esta enseñanza pregúntense con frecuencia si están haciendo un esfuerzo por llegar a llamarse dignamente ESPIRITUALISTAS. Para ayudarlos en esta obra os he dado mi luz porque serán los encargados de construir el templo espiritual a mi divinidad, con vuestra unión formaran el templo, unos por su firmeza serán cimientos, los que alcancen mayor elevación serán los muros, otros con su calidad serán escalinatas, y otros más con su don de palabra se asemejaran a las campanas que con sus voces llaman a las multitudes, habrá quienes por su inspiración simbolizarán altas torres y cúpulas del recinto, y los que por su amor a la humanidad serán como puertas siempre abiertas al necesitado, al sediento, al enfermo y al incomprendido.
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Ese templo será concluido cuando la armonía de mis discípulos sea verdadera, su base estará en la tierra y sus cúpulas tocarán el cielo. Cuando este cimentado lo hallará en todo el universo, tengan confianza en esa obra y trabajen sin detenerse.
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Analizaos a vosotros mismos y si después de haberme escuchado por tanto tiempo se sienten incapaces de luchar eso los hará comprender que han desaprovechado mi palabra, que no han comprendido la finalidad de mi llamado y que han dormido sin escuchar la voz de alerta que debe vibrar incesantemente en su espíritu.

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Mi paz sea con vosotros.

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Fuente:
El Tercer Testamento, Revelaciones del Espíritu de Verdad, 1866-1950
Contactos: temas_2001@yahoo.com, patypalencia@yahoo.com
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