MENSAJE ESPIRITUAL SOBRE “EL ESPÍRITU”
(Tercera parte 3/3)
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¿Qué sabéis sobre el más allá? ¿Qué sabe el hombre de lo que existe después de esta vida? ¿Qué sabéis acerca del porqué nacéis, y del porque morís? No penséis en la muerte, que lo desconocido no constituya para vosotros una obsesión; pensad en que viviréis y estad seguros de que cuando miréis el camino del valle espiritual, exclamaré vuestro espíritu regocijado y sorprendido: ME PARECE QUE YA HE PASADO POR AQUÍ.
¿Qué sabéis sobre el más allá? ¿Qué sabe el hombre de lo que existe después de esta vida? ¿Qué sabéis acerca del porqué nacéis, y del porque morís? No penséis en la muerte, que lo desconocido no constituya para vosotros una obsesión; pensad en que viviréis y estad seguros de que cuando miréis el camino del valle espiritual, exclamaré vuestro espíritu regocijado y sorprendido: ME PARECE QUE YA HE PASADO POR AQUÍ.
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Partid de este mundo sin lágrimas, sin dejar dolor en el corazón de los vuestros. Desprendeos cuando el instante sea llegado, dejando en la faz de vuestro cuerpo una sonrisa de paz que hable de la liberación de vuestro espíritu. La muerte del cuerpo no os aleja de los seres que os han sido confiados ni os aparta de la responsabilidad espiritual que tenéis sobre los que fueron vuestros padre, hermanos o hijos.
Partid de este mundo sin lágrimas, sin dejar dolor en el corazón de los vuestros. Desprendeos cuando el instante sea llegado, dejando en la faz de vuestro cuerpo una sonrisa de paz que hable de la liberación de vuestro espíritu. La muerte del cuerpo no os aleja de los seres que os han sido confiados ni os aparta de la responsabilidad espiritual que tenéis sobre los que fueron vuestros padre, hermanos o hijos.
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COMPRENDED QUE LA MUERTE NO EXISTE PARA EL AMOR, PARA EL SABER, PARA EL DEBER, PARA LOS SENTIMIENTOS, EN UNA PALABRA: PARA EL ESPÍRITU. En toda manifestación de vida está, porque es el autor de todo lo que existe. Vuestra estancia en la tierra es corta; reconociéndolo así me pedís un tiempo más y me decís: SEÑOR, DAME UN TIEMPO PARA CUMPLIR. Yo sólo os digo: el sol no sale ni se oculta un instante antes o después del marcado por el creador. Todo se rige por una ley infalible. Por tanto, vosotros no moraréis en la tierra un segundo más de los marcados en vuestro destino.
COMPRENDED QUE LA MUERTE NO EXISTE PARA EL AMOR, PARA EL SABER, PARA EL DEBER, PARA LOS SENTIMIENTOS, EN UNA PALABRA: PARA EL ESPÍRITU. En toda manifestación de vida está, porque es el autor de todo lo que existe. Vuestra estancia en la tierra es corta; reconociéndolo así me pedís un tiempo más y me decís: SEÑOR, DAME UN TIEMPO PARA CUMPLIR. Yo sólo os digo: el sol no sale ni se oculta un instante antes o después del marcado por el creador. Todo se rige por una ley infalible. Por tanto, vosotros no moraréis en la tierra un segundo más de los marcados en vuestro destino.
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No sólo reclamaré por lo que los hombres hayan hecho de las vidas ajenas, también les reclamaré de los que hayan hecho de su propia vida, de su cuerpo, porque muchas veces abreviáis vuestra existencia envejeciendo prematuramente, consumidos a veces por las causas que no son dignas de una de vuestras lágrimas o de una sola de vuestras canas. ¿Quién puede decir que ha llegado en espíritu a mí, en el preciso instante en que el reloj de la eternidad le hizo el llamado? NADIE.
No sólo reclamaré por lo que los hombres hayan hecho de las vidas ajenas, también les reclamaré de los que hayan hecho de su propia vida, de su cuerpo, porque muchas veces abreviáis vuestra existencia envejeciendo prematuramente, consumidos a veces por las causas que no son dignas de una de vuestras lágrimas o de una sola de vuestras canas. ¿Quién puede decir que ha llegado en espíritu a mí, en el preciso instante en que el reloj de la eternidad le hizo el llamado? NADIE.
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¿Y si el hombre siempre fuese sano, cómo moriría? A lo cual os respondo: que no en necesario que vuestro cuerpo esté enfermo para que deje de vivir; basta que el corazón se detenga cuando la hora haya sonado, para que deje de ser. (Eclesiastés 3:1-8)
¿Y si el hombre siempre fuese sano, cómo moriría? A lo cual os respondo: que no en necesario que vuestro cuerpo esté enfermo para que deje de vivir; basta que el corazón se detenga cuando la hora haya sonado, para que deje de ser. (Eclesiastés 3:1-8)
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Cuando la muerte detenga los latidos de vuestro corazón y se apague la luz en vuestras pupilas, iréis a despertar a un mundo maravilloso por su armonía, por su orden y su justicia. Allí comenzaréis a comprender que la caridad de Dios es la que compensaros de todas vuestras obras, pruebas y sufrimientos. NO EXISTE LA MUERTE PARA EL ESPÍRITU, la muerte como la concebís vosotros, o sea, el dejar de existir. No puede ser la muerte del cuerpo, muerte o fin para el espíritu. Ahí es precisamente donde él abre los ojos a una vida superior, mientras su envoltura los cierra al mundo para siempre. Es sólo un instante de transición en la ruta que conduce a la perfección. Si aún no lo habéis comprendido así es porque todavía amáis mucho a este mundo y os sentís estrechamente ligados a él.
Cuando la muerte detenga los latidos de vuestro corazón y se apague la luz en vuestras pupilas, iréis a despertar a un mundo maravilloso por su armonía, por su orden y su justicia. Allí comenzaréis a comprender que la caridad de Dios es la que compensaros de todas vuestras obras, pruebas y sufrimientos. NO EXISTE LA MUERTE PARA EL ESPÍRITU, la muerte como la concebís vosotros, o sea, el dejar de existir. No puede ser la muerte del cuerpo, muerte o fin para el espíritu. Ahí es precisamente donde él abre los ojos a una vida superior, mientras su envoltura los cierra al mundo para siempre. Es sólo un instante de transición en la ruta que conduce a la perfección. Si aún no lo habéis comprendido así es porque todavía amáis mucho a este mundo y os sentís estrechamente ligados a él.
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Sólo cuando habéis sentido cerca los pasos de la muerte, cuando habéis estado gravemente enfermos, cuando habéis sufrido, es cuando pensáis que estáis a un paso del más allá, de esa justicia que sólo en esos trances teméis y entonces hacéis promesas y juramentos al Padre, de amarle, de servirle y obedecerle en la tierra. No esperéis que la muerte os sorprenda sin preparación. ¿Qué habéis preparado para cuando volváis a la vida espiritual? ¿Queréis ser sorprendidos cuando aún estáis atados con cadenas a la materia, a las bajas pasiones, a las posesiones terrestres? ¿Queréis penetrar con los ojos cerrados en el más allá sin encontrar el camino, llevando impreso en el espíritu el cansancio de esta vida? PREPARAOS Y ENTONCES NO TEMERÉIS LA LLEGADA DE LA MUERTE DEL CUERPO.
Sólo cuando habéis sentido cerca los pasos de la muerte, cuando habéis estado gravemente enfermos, cuando habéis sufrido, es cuando pensáis que estáis a un paso del más allá, de esa justicia que sólo en esos trances teméis y entonces hacéis promesas y juramentos al Padre, de amarle, de servirle y obedecerle en la tierra. No esperéis que la muerte os sorprenda sin preparación. ¿Qué habéis preparado para cuando volváis a la vida espiritual? ¿Queréis ser sorprendidos cuando aún estáis atados con cadenas a la materia, a las bajas pasiones, a las posesiones terrestres? ¿Queréis penetrar con los ojos cerrados en el más allá sin encontrar el camino, llevando impreso en el espíritu el cansancio de esta vida? PREPARAOS Y ENTONCES NO TEMERÉIS LA LLEGADA DE LA MUERTE DEL CUERPO.
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No suspiréis por tener que dejar este valle, porque si reconocéis que en él existen maravillas y grandezas, en verdad os digo son sólo una imagen de las bellezas de la vida espiritual. Mientras, vuestros cuerpos bajarán a la tierra, en cuyo seno se confundirán para fecundarla, porque aun después de la transición espiritual, seguirán siendo savia y vida; vuestra conciencia que está sobre vuestro ser no quedará en la tierra sino que vendrá con el espíritu para mostrarse ante él como un libro cuyas lecciones profundas y sabias serán estudiadas por el espíritu.
No suspiréis por tener que dejar este valle, porque si reconocéis que en él existen maravillas y grandezas, en verdad os digo son sólo una imagen de las bellezas de la vida espiritual. Mientras, vuestros cuerpos bajarán a la tierra, en cuyo seno se confundirán para fecundarla, porque aun después de la transición espiritual, seguirán siendo savia y vida; vuestra conciencia que está sobre vuestro ser no quedará en la tierra sino que vendrá con el espíritu para mostrarse ante él como un libro cuyas lecciones profundas y sabias serán estudiadas por el espíritu.
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Ahí se abrirán vuestros ojos espirituales a la verdad y en un instante sabréis interpretar lo que en toda una vida no lograsteis comprender; ahí sabréis lo que significa: SER HIJOS DE DIOS Y HERMANOS DE VUESTROS SEMEJANTES; Ahí comprenderéis el valor de todo lo que hayáis poseído, experimentaréis el pesa y arrepentimiento por los errores cometidos, por el tiempo perdido y nacerán de vosotros los más bellos propósitos de enmienda y de reparación. EN VERDAD OS DIGO QUE LA MUERTE NO EXISTE PORQUE EL CREADOR ES LA VIDA Y SUS OBRAS NO PUEDEN MORIR.
Ahí se abrirán vuestros ojos espirituales a la verdad y en un instante sabréis interpretar lo que en toda una vida no lograsteis comprender; ahí sabréis lo que significa: SER HIJOS DE DIOS Y HERMANOS DE VUESTROS SEMEJANTES; Ahí comprenderéis el valor de todo lo que hayáis poseído, experimentaréis el pesa y arrepentimiento por los errores cometidos, por el tiempo perdido y nacerán de vosotros los más bellos propósitos de enmienda y de reparación. EN VERDAD OS DIGO QUE LA MUERTE NO EXISTE PORQUE EL CREADOR ES LA VIDA Y SUS OBRAS NO PUEDEN MORIR.
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Mi doctrina tiene la misión de que os intereséis por la vida que os espera, la que será eterna; viene a destruir de vuestro corazón el temor a dejar la envoltura humana, el temor a lo que llamáis muerte. Mi palabra viene a libraos de todos vuestros errores.
Mi doctrina tiene la misión de que os intereséis por la vida que os espera, la que será eterna; viene a destruir de vuestro corazón el temor a dejar la envoltura humana, el temor a lo que llamáis muerte. Mi palabra viene a libraos de todos vuestros errores.
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Para el espíritu, la eternidad significa su mayor bendición. Si piensa en el goce, sabe que éste no tendrá fin y si piensa en su restitución, sabe que tendrá tiempo de restaurar sus faltas y de perfeccionarse. El descanso espiritual según lo entiende y lo concibe vuestra materia, no existe; el no desperdiciar un instante. Entonces descansa el espíritu, se aligera de remordimientos y de penas, se recrea haciendo el bien, descansa amando a su creador y a sus hermanos. En verdad os digo que el espíritu nunca sentirá fatiga trabajando en mis tierras, por lo tanto, el reposo del sepulcro no será para él, aun después de la muerte de su materia, seguirá trabajando por su elevación y perfeccionamiento.
Para el espíritu, la eternidad significa su mayor bendición. Si piensa en el goce, sabe que éste no tendrá fin y si piensa en su restitución, sabe que tendrá tiempo de restaurar sus faltas y de perfeccionarse. El descanso espiritual según lo entiende y lo concibe vuestra materia, no existe; el no desperdiciar un instante. Entonces descansa el espíritu, se aligera de remordimientos y de penas, se recrea haciendo el bien, descansa amando a su creador y a sus hermanos. En verdad os digo que el espíritu nunca sentirá fatiga trabajando en mis tierras, por lo tanto, el reposo del sepulcro no será para él, aun después de la muerte de su materia, seguirá trabajando por su elevación y perfeccionamiento.
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TODA MI DOCTRINA Y MI LEY, NO SON SINO UNA PREPARACIÓN PARA QUE PENETRÉIS EN LA VIDA ESPIRITUAL. Mientras, muchos hombres, escépticos en su materialismo, sonríen irónicamente cuando se les habla de la nueva vida que les espera; más llegará la hora de su final, aquella en la que no hay corazón que no tema, ni espíritu que no tiemble ante la presencia inminente de la eternidad.
TODA MI DOCTRINA Y MI LEY, NO SON SINO UNA PREPARACIÓN PARA QUE PENETRÉIS EN LA VIDA ESPIRITUAL. Mientras, muchos hombres, escépticos en su materialismo, sonríen irónicamente cuando se les habla de la nueva vida que les espera; más llegará la hora de su final, aquella en la que no hay corazón que no tema, ni espíritu que no tiemble ante la presencia inminente de la eternidad.
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Bibliografía:
Temas del Tercer Testamento, Ediciones: El nuevo mensaje
Contactos: temas_2001@yahoo.com, patypalencia@yahoo.com
Bibliografía:
Temas del Tercer Testamento, Ediciones: El nuevo mensaje
Contactos: temas_2001@yahoo.com, patypalencia@yahoo.com
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