Todos creen en mí… aun cuando no todos los confiesen ni todos me amen; no creáis en el ateo… Yo no contemplo ateos ni pueden existir; ME NEGARA LA MATERIA MÁS NO EL ESPÍRITU.
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¿Podrá negar algún hombre a su padre carnal, aun cuando no lo haya conocido? Así el espíritu tampoco podrá negar a su PADRE ESPIRITUAL, aun cuando no le conozca. ¿PODRÁ EXISTIR UN FRUTO QUE ANTES NO HAYA ESTADO EN EL ÁRBOL? En todos estoy en todos y en todo lo creado. ¿POR QUÉ TRATÁIS DE VERLO TODO CON VUESTROS OJOS Y DE PALPARLO CON LOS SENTIDOS? Tratad de ver con el espíritu, con el entendimiento y con el corazón.
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Hay quienes afirman que yo no existo, más no os dejéis impresionar por ello, esos hombres hablan así porque me han concebido a través de formas irreales, y al desengañarse por su ciencia de que no estoy en dónde ellos creían entonces me han negado, pero cuán grande es su deseo de saber si en verdad existo. MAL ME HAN REPRESENTADO EN LA TIERRA LOS QUE DICEN CONOCERME Y ÉSTA ES LA CAUSA DE QUE MUCHOS ME HAYAN VUELTO LA ESPALDA. A quienes se dicen ateos no les reclamaré el haberme arrojado de su corazón, sino a los que, falseando la verdad han mostrado un Dios que muchos no han podido aceptar.
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Los hombres que estudian a Dios, no están de acuerdo. ¿QUIÉNES ESTAN EN LA VERDAD? Los hombres de ciencia se contradicen. ¿QUIÉNES ESTAN EN LO JUSTO? Religión y ciencia han estado siempre en constante pugna, sin comprender los hombres que lo espiritual y lo material viven en perfecta armonía y que con ella forman LA VERDADERA OBRA DEL CREADOR. Unos y otros como todos los seres de la creación.
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¡CUANTOS ANANTEMAS HA LANZADO LA RELIGIÓN A LA CIENCIA Y CUÁNTAS VECES HA NEGADO LA CIENCIA A LA RELIGIÓN DE LA EXISTENCIA DE LA VIDA ESPIRTUAL! La religión fundándose en los males que la ciencia ha acarreado a la humanidad y la ciencia, tomando como arma el fanatismo y las supersticiones que los ministros de las religiones han inculcado a la humanidad. De cierto os digo que los unos les falta conocer la verdad que la naturaleza encierra y a los otros interpretar debidamente mi ley.
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Puedo deciros que la mayoría de los hombres tienen religión y que a pesar de enseñar todas ellas la fraternidad, nadie vive conforme a la enseñanza que ha recibido, nadie lleva a la práctica las leyes, preceptos y máximas que en su conciencia han sido escritas. Hay quienes, para no someterse a ningún credo religioso, han dejado en libertad su pensamiento, creyendo estar al margen de preceptos y de leyes; pero eso no puede ser, porque a través de sus observaciones, de sus ciencias y definiciones, han llegado a saber que en todo y en todas partes se manifiesta un poder, una armonía, una ley y una doctrina sabia, justa y amorosa de la que nadie podrá huir.
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Sé que la causa de vuestra extrañeza, se debe a vuestro alejamiento de LAS ENSEÑANZAS ESPIRITUALES, porque hace tiempo que sólo creéis en lo que miráis, en lo que tocáis y en lo que probáis por medio de vuestra ciencia.
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Si hay quienes se levantan como enemigos míos, no les contemplo como tales, solo como MENESTEROSOS. A los mismos que tienen por sabios y niegan mi existencia, les miro con piedad. A quienes tratan de destruirme en el corazón de la humanidad, les juzgo IGNORANTES, ya que creen tener el poder o las armas para destruir a quien es: EL AUTOR DE LA VIDA.
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¡Cuan pequeños sois cuando creyéndoos todopoderosos y grandes, os resistís a confesar que sobre vuestro poder y vuestra ciencia está quien verdaderamente todo lo sabe y todo lo puede!¡Pobre criatura humana cuando se concreta a ser materia y sólo materia, porque solo queda sujeta tan sólo a la ley natural que rige a los seres mortales y fugaces que: NACEN, CRECEN Y MUEREN!
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No pensáis que yo venga a defender de vuestros juicios ni a pediros que no me despojéis de esa esencia divina que me estáis negando. Yo he venido en esta era para decir al hombre que sea su espíritu el que me juzgue. Basta ya de que sea vuestra pequeña razón humana la que quiera leer y penetrar en el libro de la vida, el cual fue escrito por el espíritu divino para vuestro espíritu, porque éste será el que alcance la inmortalidad y no la materia.
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Jamás intentéis encerrar dentro de los límites de vuestra inteligencia, las luces que sólo están reservadas al espíritu, porque entonces veras delante de vosotros un Dios empequeñecido y despojado de perfección.
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Más bien hay quienes buscándome no me encuentran, porque lo hacen en donde YO NO PUEDO ESTAR. Estos llegan a dudar hasta de mi existencia sin saber que me tienen muy cerca, QUE ME LLEVAN EN ELLOS MISMOS.
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¿Podrá negar algún hombre a su padre carnal, aun cuando no lo haya conocido? Así el espíritu tampoco podrá negar a su PADRE ESPIRITUAL, aun cuando no le conozca. ¿PODRÁ EXISTIR UN FRUTO QUE ANTES NO HAYA ESTADO EN EL ÁRBOL? En todos estoy en todos y en todo lo creado. ¿POR QUÉ TRATÁIS DE VERLO TODO CON VUESTROS OJOS Y DE PALPARLO CON LOS SENTIDOS? Tratad de ver con el espíritu, con el entendimiento y con el corazón.
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Hay quienes afirman que yo no existo, más no os dejéis impresionar por ello, esos hombres hablan así porque me han concebido a través de formas irreales, y al desengañarse por su ciencia de que no estoy en dónde ellos creían entonces me han negado, pero cuán grande es su deseo de saber si en verdad existo. MAL ME HAN REPRESENTADO EN LA TIERRA LOS QUE DICEN CONOCERME Y ÉSTA ES LA CAUSA DE QUE MUCHOS ME HAYAN VUELTO LA ESPALDA. A quienes se dicen ateos no les reclamaré el haberme arrojado de su corazón, sino a los que, falseando la verdad han mostrado un Dios que muchos no han podido aceptar.
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Los hombres que estudian a Dios, no están de acuerdo. ¿QUIÉNES ESTAN EN LA VERDAD? Los hombres de ciencia se contradicen. ¿QUIÉNES ESTAN EN LO JUSTO? Religión y ciencia han estado siempre en constante pugna, sin comprender los hombres que lo espiritual y lo material viven en perfecta armonía y que con ella forman LA VERDADERA OBRA DEL CREADOR. Unos y otros como todos los seres de la creación.
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¡CUANTOS ANANTEMAS HA LANZADO LA RELIGIÓN A LA CIENCIA Y CUÁNTAS VECES HA NEGADO LA CIENCIA A LA RELIGIÓN DE LA EXISTENCIA DE LA VIDA ESPIRTUAL! La religión fundándose en los males que la ciencia ha acarreado a la humanidad y la ciencia, tomando como arma el fanatismo y las supersticiones que los ministros de las religiones han inculcado a la humanidad. De cierto os digo que los unos les falta conocer la verdad que la naturaleza encierra y a los otros interpretar debidamente mi ley.
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Puedo deciros que la mayoría de los hombres tienen religión y que a pesar de enseñar todas ellas la fraternidad, nadie vive conforme a la enseñanza que ha recibido, nadie lleva a la práctica las leyes, preceptos y máximas que en su conciencia han sido escritas. Hay quienes, para no someterse a ningún credo religioso, han dejado en libertad su pensamiento, creyendo estar al margen de preceptos y de leyes; pero eso no puede ser, porque a través de sus observaciones, de sus ciencias y definiciones, han llegado a saber que en todo y en todas partes se manifiesta un poder, una armonía, una ley y una doctrina sabia, justa y amorosa de la que nadie podrá huir.
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Sé que la causa de vuestra extrañeza, se debe a vuestro alejamiento de LAS ENSEÑANZAS ESPIRITUALES, porque hace tiempo que sólo creéis en lo que miráis, en lo que tocáis y en lo que probáis por medio de vuestra ciencia.
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Si hay quienes se levantan como enemigos míos, no les contemplo como tales, solo como MENESTEROSOS. A los mismos que tienen por sabios y niegan mi existencia, les miro con piedad. A quienes tratan de destruirme en el corazón de la humanidad, les juzgo IGNORANTES, ya que creen tener el poder o las armas para destruir a quien es: EL AUTOR DE LA VIDA.
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¡Cuan pequeños sois cuando creyéndoos todopoderosos y grandes, os resistís a confesar que sobre vuestro poder y vuestra ciencia está quien verdaderamente todo lo sabe y todo lo puede!¡Pobre criatura humana cuando se concreta a ser materia y sólo materia, porque solo queda sujeta tan sólo a la ley natural que rige a los seres mortales y fugaces que: NACEN, CRECEN Y MUEREN!
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No pensáis que yo venga a defender de vuestros juicios ni a pediros que no me despojéis de esa esencia divina que me estáis negando. Yo he venido en esta era para decir al hombre que sea su espíritu el que me juzgue. Basta ya de que sea vuestra pequeña razón humana la que quiera leer y penetrar en el libro de la vida, el cual fue escrito por el espíritu divino para vuestro espíritu, porque éste será el que alcance la inmortalidad y no la materia.
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Jamás intentéis encerrar dentro de los límites de vuestra inteligencia, las luces que sólo están reservadas al espíritu, porque entonces veras delante de vosotros un Dios empequeñecido y despojado de perfección.
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Más bien hay quienes buscándome no me encuentran, porque lo hacen en donde YO NO PUEDO ESTAR. Estos llegan a dudar hasta de mi existencia sin saber que me tienen muy cerca, QUE ME LLEVAN EN ELLOS MISMOS.
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Bibliografía:
Temas del Tercer Testamento, Ediciones: El nuevo mensaje
Contactos: temas_2001@yahoo.com, patypalencia@yahoo.com
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